Patricia y Javier se conocieron hace 12 años en el Puerto de Santa María y, desde ese día, no se han separado ni un momento. Hoy os contamos su historia.
Se conocieron en el Puerto de Santa María hace doce años. Patricia estaba de vacaciones con un amiga y fueron a ver un concierto del cual, Javi era el cantante el grupo. Desde el primer momento hubo cruce de miradas, ambos se fijaron el uno en el otro. Finalmente, esa noche los presentaron, pero casi apenas hablaron. Pasaron los días hasta que consiguieron los números de teléfono y comenzaron a hablar en cada momento.
Patricia y Javier eran de ciudades diferentes, ella de Mérida y él de El Puerto de Santa María, algo que complicaba la relación. No se conocían pero la distancia no impidió que hablaran cada día. Pasaban horas y horas charlando. Hasta que un día, al mes de conocerse, Javier llamo a Patricia y le dijo: «asómate a la ventana». Ella fue corriendo a la ventana de su salón y allí estaba él. Patricia no se lo podía creer. Recibió la mejor sorpresa. Desde ese día, la pareja se hizo inseparable.
¡Qué historia tan romántica! Pero esto no acaba aquí. Patricia y Javier ahora son marido y mujer y hoy os contamos cómo fue el día más feliz de sus vidas. A falta de una, Patricia y Javier tuvieron dos bodas: una religiosa y otra civil. La ceremonia religiosa tuvo lugar en Mérida el 13 de septiembre, y la ceremonia civil y la celebración al día siguiente, en El Puerto de Santa María.
Patricia y Javier: los novios
- La novia
Patricia llevó dos vestidos, uno para la ceremonia religiosa y otro para la civil. Eran totalmente distintos. El viernes, en la ceremonia religiosa, lució un vestido corto confeccionado por su madre Isi González.
El sábado, para la ceremonia civil, Patricia cambió el corto por el largo y eligió un vestido de Rosa Clará.
- Complementos
El viernes añadió un lazo en el pelo de color blanco de Warm and Wild. El sábado este mismo lazo lo utilizó como adorno en el ramo del sábado, para la ceremonia civil.
El tocado del sábado lo realizó una buena amiga de Patricia. Era de porcelana fría y simulaba ramas de olivo.
- Las joyas
Patricia quiso ir sencilla en cuanto a joyas. Tan solo llevó los pendientes y su alianza. El viernes llevó uno pendientes realizado de manera artesanal, bañados en oro con piedra azul de Terracota Mérida.
Y el sábado otro modelo de oro blanco de Salvador Joyero.
Las alianzas que utilizaron eran las mismas que se regalaron en su primer aniversario, en 2008. A la pareja les hacía mucha ilusión utilizar los mismos, por lo que tan solo grabaron sus fechas en el interior.
- Las flores
En la ceremonia del viernes, Patricia quiso hacer memoria a su padre fallecido por lo que llevó una rosa blanca de Floristería Acacia.
El sábado llevó un ramo más elaborado realizado con mini calas blancas, eucalipto, olivo y astilbe rosa, de la Floristería Pinillo Azucena de El Puerto de Santa María.
- Los zapatos
Llevó unos zapatos artesanos y personalizados en piel de color nude de José Illana.
- Maquillaje y peinado
Para el maquillaje y el peinado del viernes, Patricia confió en Casablanca Peluqueros. El sábado, en Peluquería Blanca Rodríguez y Alicia Merino Maquillaje de El Puerto.
- El novio
El novio llevó un chaqué de Chaqué Madrid. Como complementos, un reloj de Lotus y unos gemelos de F. Marín Joyero. El peinado corrió a cargo de la Barbería Antonio Moreno y el calzado, Calzados Noel, de El Puerto de Santa María.
- La madrina y la madre de la novia
La madre del novio vistió de Pronovias y la madre de la novia llevó un vestido confeccionado a medida por Pasarela.
Patricia y Javier: la celebración
La ceremonia del viernes fue religiosa y se ofició en la Basílica de Santa Eulalia de Mérida. Fue una ceremonia íntima. Tan solo asistieron los familiares más cercanos de los novios: padres, hermanos y testigos. El sábado fue la ceremonia civil en el Hotel Puerto Sherry de El Puerto de Santa María.
- Invitaciones y el regalo de las invitadas
Patricia y Javier querían algo especial y muy personal. Con la ayuda de un amigo diseñaron un dibujo en el que mezclaron la playa de Puerto Sherry con el Teatro Romano de Mérida. La idea era mezclar sus ciudades y que pareciera una postal. Para ello, la empresa Buenas Impresiones se encargaron de plasmar el dibujo en papel. El resultado fue una invitación clásica, con un dibujo que los identificaba, realizado en sobres de material reciclado.
Por otro lado, también diseñaron un símbolo que tenía un significado importante para nuestros novios y lo incluyeron en las invitaciones con un sello y lacre dorado. Para que todos los invitados lo entendieran, explicaron el significado del símbolo en el interior de la invitación.
Para los invitados e invitadas, Patricia y Javier dejaron varios detalles: botellas de agua para el inicio de la ceremonia, abanicos personalizados con sus nombres, pashminas, ambientadores de lavanda y también realizaron a mano tubos leds para la entrada a la cena.
En la zona de baile, chanclas para las invitadas con bolsas para guardar sus zapatos, tubos de Lacasitos personalizados con los nombres de los novios, kits para que los invitados pudieran retocarse durante la celebración… Todo para que cada invitado se sintiera cómodo en cada momento.
Pero el regalo para cada invitado fue una cajita personalizada con un imán, hecho a mano en porcelana fría, con cada nombre. Dentro de la caja había un tubito con arena de la playa en la que nos pedimos matrimonio y una tarjeta con un mensaje personalizado para cada invitado. También un llavero con una nota que indicaba que el dinero de ese regalo se había empleado en una donación a la Fundación Cris Contra el Cáncer. Los invitados de nuestros novios quedaron encantados.
Para las madres, la abuela del novio, la cuñada y las hermanas, nuestros novios enviaron un ramo de flores horas antes de la celebración. Para el padre del novio, su hermano y cuñados, una botella de vino extremeño «Habla del Silencio». Para las amigas de la novia, minutos antes de dirigirse al altar, les entregaron una rosa a cada una. Todos los regalos fueron acompañados de una carta personal a cada uno.
- El momento más emotivo
Para Patricia y Javier fueron muchos los momentos emotivos.
Los votos matrimoniales fueron un momento muy especial e íntimo para los dos, a pesar de estar delante de unas 200 personas. También las lecturas de sus hermanos les hicieron llorar, al igual que la canción que le cantaron sus familiares y amigos. Pero el momento del baile, según los novios, fue mágico.
El hotel les dejó un piano de cola para que Javier tocara el comienzo de la canción de la banda sonora de la película La La Land. Una vez terminado el baile, nuestro novio protagonista volvió a tocar el piano pero esta vez cantó una canción que le había compuesto a Patricia. «¡Fue increíble!»
- Invitadas más elegantes
Todos los novios iban guapísimos, nos cuentan los novios. Las hermanas de Patricia, sus amigas, los amigos, familiares…¡Radiantes!
- Fotógrafo
El encargado de captar los momentos más especiales fue Miguel Hernández Fotografía, que consiguió fotos tan bonitas como esta en la arena de la playa.
Del vídeo se encargó la empresa Cádiz Media Vídeo.
- Reposteros
El Hotel Puerto Sherry permitió que los novios personalizaran el postre con una tarta Red Velvet, su postre favorito. Todos los invitados se dieron cuenta de este detalle. Además la tarta era preciosa.
- Wedding planners
Para la organización de la boda, nuestros novios contaron con la ayuda de Sientomariposas The Wedding Planner.
- Luna de miel
La luna de miel fue todo un sueño cumplido para nuestros novios. Recorrieron Nueva Zelanda de norte a sur y en caravana. Todo una experiencia personal y una aventura para ellos. También visitaron Sydney. ¡Un viaje mágico! Ahora solo esperamos que esa caravana no pare su recorrido en este viaje llamado vida. ¡Que seáis muy felices!
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