Alba y Daniel se casaron el 1 de junio, después de seis años de relación. Fue Alba quien le pidió matrimonio y hoy os contamos su bonita historia.
Los presentó, por casualidad, una amiga que tenían en común hace algunos años. Desde entonces, Alba y Daniel forman parte de un gran grupo de amigos del que han salido varias parejas. Tras dos o tres años de amistad y muchos viajes y planes compartidos por Madrid, empezaros a salir juntos. Se casaron después de seis años de relación.
¡Fue Alba quien le pedió matrimonio a Daniel! Y él, por supuesto, aceptó encantado y en su cumple, de ese año, le regaló el anillo de compromiso.
Alba y Daniel: los novios
Alba decidió visitar a Alicia Rueda a Bilbao tras varios años siguiendo su trabajo en alfombras rojas, que siempre le había gustado mucho. Además, nuestra novia tiene un blog de bodas, Millennial Bride, y había visto muchas de sus creaciones de novia, así que estaba en el top de sus diseñadoras preferidas. Cuando la conoció en persona le gustó tanto, que supo que tenía que ser ella quien hiciese su vestido, sí o sí.
Alba llegó allí con algunas ideas claras. Quería un vestido muy limpio y transformable, con algo que pudiera quitar en el baile, no sabía muy bien si a modo de capa o de chaleco. Buscaba algo muy estructurado, arquitectónico, contundente, con personalidad. Lo primero que pensó Alicia fue en un chaleco con un vestido. Para ello utilizó un crep con muchísima caída y no muy pesado, que permitiera a Alba llevar las dos piezas sin demasiado agobio. Pero cuando comenzaron a montarlo pensaron que la boda era en Madrid, que podía hacer calor, que la manga era un imprescindible para Alba y que podría ser una buena idea hacerlo a modo de abrigo y vestido, para que llevara la manga al principio y después se quedara con un vestido sin mangas y una espalda un poco más abierta.
De esta forma podría ir mucho más ligera y disfrutar con más comodidad de la segunda parte de la boda. El abrigo llevaba toda la cola, las mangas y los botones, otro de los elementos que para ella eran imprescindibles. De esta forma consiguieron dos partes muy marcadas. Cuando se quitara el abrigo, podría dar un puntazo al vestido con la diadema de Verbena que llevó Alba, que era súper especial. Así, Alicia Rueda consiguió crear un efecto muy diferente al comienzo y al final de la boda.
Para conseguir que el abrigo tuviera mucho tejido y se viera espectacular de perfil, la diseñadora creó unos pliegues muy complicados de montar, porque quería que quedasen muy encajados en el hombro. Le dio algunas vueltas, pero en cuanto dio con el patrón el proceso fue maravilloso, porque se fue viendo el efecto muy rápido y la hombrera aportó muchísimo al conjunto. El vestido de Alba quedó espectacular.
- Complementos y zapatos
Para el baile nuestra novia se quedó únicamente con el vestido, que acompañó con una corona de Verbena Madrid. Se trataba de un gran arco forrado de plumas de faisán y adornado con flores irregulares de organza y tul de plumetti, creadas a mano. La diseñaron especialmente para ella en los tonos que les pedió, y le hicieron unos pompones dorados a los lados que sustituyeron a los pendientes.
Acompañó su vestido con unos zapatos verde oliva de Jimmy Choo.
- Las joyas
Alba llevó unos pendientes artesanos dorados, con forma asimétrica de rama con hojas, realizados a medida por M de Paulet. Además, lució su anillo de compromiso, de Suárez, y una pulsera de oro familiar.
- Las flores
Encargó su ramo de novia en Flores en el Columpio, un ramo de estilo muy campestre, con anémonas blancas sobre fondo verde y algunas pinceladas en rosa suave.
- El maquillaje y el peinado
Alba se puso en manos de Regina Capdevila, quien le hizo un moño bajo dejando algunos mechones sueltos y un maquillaje muy natural.
- El novio
El traje de Daniel era de Lardini, y los zapatos de Brett and Sons. Lo acompañó con una corbata en color verde oscuro y se puso un ramito de flores silvestres en el ojal.
- La madrina y la madre de la novia
La madrina lució un vestido de Gina Bacconi de color azul marino con complementos en rosa nude. La madre de Alba eligió un vestido en color verde de AtelierMYC y zapatos y bolso de Jorge Larrañaga.
Alba y Daniel: la ceremonia y la celebración
Nuestros novios celebraron toda la boda en la Finca Prados Riveros, en un bosque de pinos. Esta finca está situada en Rascafría, Madrid, y fue la jueza de paz de la localidad quien ofició la ceremonia.
Pusimos carpas de Tipichic, y Artigot se encargó del catering y de la repostería.
- Las invitaciones y el regalo de las invitadas
Daniel diseñó tanto las invitaciones como toda la cartelería de la boda (minutas, etc). Como sitting hicieron un cartelito a mano para cada invitado con su nombre, utilizando fichas de Scrabble como guiño a lo mucho que les gustan los juegos de mesa.
Los novios decidieron no hacer regalos a los invitados. En vez de eso, organizaron una preboda en el pueblo de Rascafría y una paella el domingo en la propia finca para todos los invitados que se quedaron a dormir, que fueron unos 80. De esta manera, al alargar la boda, todos pudieron disfrutar un poco más de todos ellos y aprovechar al máximo el fin de semana.
- El momento más emotivo
Para Alba y Daniel, el momento más emotivo fue la entrega de dos ramos, una réplica del ramo de la novia, a sus madres, mientras sonaba la canción Mamma, de Il Divo.
Todos los invitados les comentaron más tarde lo mucho que se emocionaron con ese momento.
- Invitada o invitadas más elegantes
La hermana de Alba, Lucía, iba guapísima con un vestido color buganvilla de AtelierMYC y un mantón de manila. También iban espectaculares su cuñada Karime, vestida de azul eléctrico, y las amigas de la pareja: Beatriz, Covadonga y Almudena.
- Wedding Planners
Lo organizaron todo ellos mismos eso sí, con muchísima ayuda de Jorge, el dueño la finca, y con la coordinación de María, la responsable del catering.
- Fotógrafo
Nacho Zaitsev fue el encargado de captar todos los momentos de este maravilloso día. Como videógrafo contaron con Andrés de Due Fotografía.
- Luna de miel
Alba y Daniel no querían el típico viaje de luna de miel, por lo que decidieron montarlo por su cuenta y combinar descanso y aventura. Primero viajaron a Raja Ampat, en Indonesia, un verdadero paraíso del buceo y de la biodiversidad donde pudieron descansar durante una semana del estrés de la boda.
Después volaron al interior de la isla de Papúa, donde hicieron un trekking de 4 días por el Valle de Baliem. Y desde allí fueron a Sumatra, a la zona de Bukit Lawang, uno de los últimos sitios del mundo donde se pueden ver orangutanes en semilibertad.
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