Hoy os dejamos una romántica boda entre viñedos. Una historia preciosa de principio a fin con una novia de ensueño que nos ha enamorado con su sonrisa y su look, un diseño clásico muy elegante con un maquillaje y una peluquería de excepción. En la decoración y en la organización destaca el trabajo bien hecho de Essencias de Boda.
Loa protagonistas de esta boda entre viñedos, Ana y Andrés, se conocieron en el colegio en el que ejercía él como maestro cuando ella, estudiante de magisterio, llegó allí para hacer las prácticas. Andrés sintió el flechazo en cuanto la vio, y le pidió su teléfono a otro compañero con la excusa de pedirle ayuda para hacer un teatro para los niños.
La relación, que comenzó con conversaciones telefónicas diarias y apenas algún gesto en el colegio, fue consolidándose hasta que se hizo pública. Al poco tiempo Ana se fue a vivir con Andrés.
Foto: Rosa Garrido
Una boda entre viñedos en un enclave privilegiado
Se casaron en octubre de 2016 en la Basílica Santa Eulalia, de Mérida. “Desde siempre había soñado con casarme en esa basílica –explica Ana-. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de Mérida y su interior impresiona por sus columnas y bóvedas”.
Foto: Rosa Garrido
El banquete fue en las Bodegas Viña Santa Marina, en un enclave privilegiado entre montañas y viñedos. “Fue todo un acierto, ya que el cóctel se celebró en su precioso patio interior rodeado de pórticos, decorados para la ocasión por nuestras Wedding Planner Jéssica y Eva, de Essencias de Boda. Las elegimos porque sabíamos cómo trabajan, y les dimos vía libre para hacer lo que quisieran desde el principio. Y no nos equivocamos. Hicieron la boda de nuestros sueños, con una decoración espectacular que hacía que todos los invitados se hicieran fotos en ella y nos dieran la enhorabuena por lo bonito que habían dejado todo. Fueron de gran ayuda para toda la realización de nuestra boda entre viñedos, no sólo en la decoración, sino en cada detalle y en cada asesoramiento”.
Foto: Rosa Garrido. Decoración: Essencias de Boda
Al tiempo que degustaron las delicias de varios puestos gastronómicos durante el cóctel, uno de ellos un guiño a los puestos de pescaíto frito onubenses, los invitados pudieron disfrutar de una agradable melodía de violines.
Foto: Rosa Garrido. Decoración: Essencias de Boda
El banquete y los detalles de los invitados
La comida se hizo en uno de los enormes salones de estilo rústico de la bodega, con vistas a la viña. Del menú, que fue un verdadero éxito, se encargó Pepe Valadés con su catering Vía de la Plata.
La repostería, por su parte, fue tarea de La Petit Sucreme, que preparó una completa mesa de dulces de alta repostería con una bonita tarta decorada con flores hechas a mano. A propuesta de Essencias de Boda, se encargó además de realizar cupcakes para la decoración de las mesas de los invitados. “¡Incluir repostería en los centros de mesa nos pareció súper original y muy muy bonito!”.
Foto: Rosa Garrido
Izone Intermerida y un espectacular concierto flamenco de la mano de la cantaora Ana García Caro, animaron la celebración.
Al final del banquete se repartieron botellitas de vino dulce típico de Huelva para ellos y jabones de aloe vera realizados artesanalmente por la novia y sus amigas para las ellas. Unos y otros tuvieron la oportunidad de firmar en el precioso libro de firmas, realizado en Ración de Ideas a juego con los números de las mesas. Las invitaciones, por su parte, “fueron diseñadas para nosotros con unas flores pintadas con acuarelas”, explica Ana.
El vestido de la novia
Ana eligió un diseño de Franc Sarabia para la ocasión. “Una maravilla de vestido –asegura-. Me gustó por su sencillez, con una espalda de infarto y encaje en tonos plateados y dorados que daban un toque de elegancia”.
Foto: Rosa Garrido
“El tocado fue algo muy especial, hecho a mano por un gran artista de Huelva, Juan Robles. Quería algo fuera de lo común, que resaltara. Por eso decidí que se pusiera en la frente y bajara por detrás hasta llegar a la nuca. Fue un gran éxito que llamó la atención en el sector de las bodas de Huelva. Incluso me lo pidieron para ponerlo en una exposición”.
Foto: Rosa Garrido
Además, Ana calzó zapatos de Membus en color vino tinto, como pedía una boda entre viñedos, con pedrería en el empeine y pendientes y anillo de la marca Pandora. Eligió un ramo sencillo con rosas blancas, de Josechu Llanes González.
El maquillaje de Ana tampoco dejó indiferente a nadie. Obra de Paula Noir Estilista, resaltaba sus ojos con un ahumado en marrones y negro. El peinado, un moño con ondas al agua que recreaba un falso bob, fue otro gran acierto de la estilista, que incluso le colocó el velo de una manera diferente, dejándolo caer, para que se viera el peinado.
Los looks del novio, la madrina y la madre de la novia
Andrés vistió un traje clásico y muy elegante de color negro con camisa blanca, chalequillo negro con dibujo de florecitas en tonos grises y corbata en gris de Serma (Huelva), que completó con zapatos negros y reloj de Hugo Boss. Lo peinó Manolo Barrena en su peluquería Crisanto, de Mérida.
La madrina lució un precioso vestido de la marca Alejandro de Miguel, comprado con todos sus accesorios en Andrés Macías. También la peinó la estilista Paula Noir.
Foto: Rosa Garrido
La madre de la novia, por su parte, quería algo especial para ese día tan importante, por lo que se hizo un vestido de atelier. Lo combinó con complementos comprados en Vintivintae.
Además de ellas, destacaron por su elegancia la novia del hermano de Ana, Azu, que lució un espectacular vestido hecho en atelier en color rosa y detalles florales en negro, y la hermana del novio, con un vestido rojo de Ana Torres y zapatos y bolso de Membur. El invitado más elegante fue el hermano de la novia, con un bonito traje de Calvin Klein y zapatos de Zara Man.
Los momentos más emotivos de la boda
“Fueron muchos los momentos emotivos –explica Ana-. Uno de ellos fue cuando la tía de Andrés le dedicó unas palabras a su hermano y padre de Andrés, fallecido cuando Andrés tenía 17 años, seguidas de una canción interpretada a capela por Ana Caro. Otro fue cuando me quedé sola en casa con mi padre y vi su cara de felicidad y sus ojos brillantes al ayudarme a bajar las escaleras vestida de novia para ir a la iglesia.
Foto: Rosa Garrido
Por último, cuando los invitados pasaron al salón del banquete, Andrés y yo nos quedamos solos en un rincón del cóctel cuidadosamente decorado por Essencias de Boda con una foto nuestra y una máquina de escribir. En la máquina había una carta que Andrés había escrito para mí, y que me hizo llorar al leerla”.
Foto: Rosa Garrido. Decoración: Essencias de Boda
El colofón a esta boda entre viñedos fue la luna de miel. Organizada por la agencia de viajes MJM Viajes, fue un combinado maravilloso a Nueva York y Cancún.
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