La actriz y productora Hilary Swank se ha casado en secreto con el emprendedor Philip Schneider en un escenario inigualable. Para la ocasión lució un maravilloso vestido de Elie Saab, confeccionado en 150 horas, y un segundo diseño de Maria Grazia Chiuri para Dior.
La historia de amor de Hilary Swank y Philip Schneider comenzó en un brunch organizado por la mujer del actor Misha Collins, el mejor amigo de Philip. La cita era a las diez de la mañana y la pareja tuvo tal feeling que no se separó hasta las once de la noche. Un año y medio después, en 2016, se comprometieron. Fue en Colorado, durante sus vacaciones, en un hermoso santuario junto a una cascada rodeada de pinos. Philip se arrodilló una noche junto a la cascada y pidió su mano.
Hilary y Philip son amantes confesos de la naturaleza, y desde el comienzo de los preparativos tuvieron claro que querían casarse cerca de su casa de California, para que el padre de la novia, que había recibido un trasplante de pulmón hacía unos años y no podía volar, pudiera acompañarla hasta el altar.
Encontraron lo que buscaban en La Reserva Natural de Santa Lucía, en Carmel, California. Una comunidad privada con una magnífica arboleda de secuoyas de más de 800 años de vida.
Un vestido de novia de cine para Hilary Swank
El etéreo vestido de novia de Elie Saab Couture que lució Hilary parecía hecho para tan mágico lugar. Ella buscaba algo romántico, atemporal como el bosque de secuoyas elegido para darse el “sí, quiero”, y el diseñador supo plasmarlo en una auténtica obra de arte realizada con veinticinco metros de encaje de Chantilly, ocho metros de chifón de seda y seis metros de organza. Siete personas se encargaron de trabajar durante 150 horas en su confección, 70 de las cuales se dedicaron exclusivamente al bordado. El resultado final, un diseño con escote en pico, espalda completamente al aire y capa con transparencias sobre ambos hombros, a modo de media manga.
Lo combinó con velo largo con detalles bordados, sandalias de brillantes y tiras de tela de Christian Louboutin, un delicado tocado de piedrecitas blancas sobre el recogido y ramo de flores blancas.
Hilary Swank hizo realidad su sueño de caminar por el pasillo del brazo de su padre al compás del tema “Two Sunsets”, del compositor italiano Ludovico Einaudi. Philip la esperaba al pie de un grupo de secuoyas de 800 años de antigüedad, donde un reverendo amigo de la novia se encargó de bendecir la unión.
La ceremonia contó con momentos muy emotivos. Como cuando dos de las amigas de la novia, Karen y Willa Giffin, interpretaron “When You Say Nothing at All” con arreglos del compositor Phil Giffin y acompañadas a la guitarra por el sobrino de Hilary, Brandon Swank. O cuando el actor Misha Collins leyó un poema que había escrito para la pareja.
Tras el intercambio de alianzas, los recién casados recorrieron el pasillo al compás de la “Hoppípolla” de la banda islandesa Sigur Rós.
El banquete tuvo lugar en un fabuloso granero de más de 100 años de antigüedad iluminado con cientos de lucecitas y decorado sutilmente con flores, consiguiendo una estética íntima y acogedora.
A su finalización, los recién casados cambiaron de ropa y sorprendieron a sus invitados con una coreografía al más puro estilo Fred Astaire y Ginger Rogers para el tema “In My Heart”, de Moby, que habían preparado con la ayuda de la coreógrafa Chloe Arnold.
El vestido elegido por Hilary Swank para la ocasión fue un diseño de baile en color blanco creado para ella por Maria Grazia Chiuri, de Dior. La diseñadora también fue la encargada de confeccionar el traje a la medida del moderno Fred Astaire. Christian Louboutin se encargó de diseñar los zapatos de baile de ambos.
Tras la actuación, el baile continuó toda la noche con el apoyo de una banda de jazz que contribuyó a crear el ambiente perfecto.
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