Tu boda fue de película: lágrimas, carcajadas, abrazos infinitos, la pista de baile hasta las tantas… Pero, cuando llega la calma, surge la pregunta: ¿y ahora qué?
No siempre apetece lanzarse a una luna de miel de dos semanas en la otra punta del mundo. A veces lo que te pide el cuerpo es una minimoon: tres días intensos, románticos, diseñados solo para ti y para él.
España está hecha para eso. Desde playas que parecen sacadas de un anuncio hasta ciudades que destilan historia y glamour, aquí tienes 12 escapadas de tres días que convertirán tu recién estrenado “sí, quiero” en un recuerdo eterno.
Mallorca: El lujo se escribe con Z de Zafiro
Si lo que buscas es puro lujo mediterráneo, tu brújula apunta directamente a Zafiro Palace Andratx. Este resort no es un simple hotel: es un pequeño universo diseñado para parejas que quieren celebrar el amor en todas sus formas, sin renunciar a nada. En cada rincón se respira calma y elegancia.
Imagina el primer día: llegáis, os reciben con un cóctel de bienvenida. La tarde se convierte en un momento de desconexión frente a la piscina infinita. Y entonces, el escenario cambia: una cena bajo las estrellas en uno de sus restaurantes a la carta, con platos que elevan la cocina mediterránea.
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El segundo día amanece con planes que os devuelven a la energía del mar. Una clase de paddle surf para empezar la mañana con risas. Después, el relax absoluto: un masaje en pareja en el spa. La tarde es para la música: desde la terraza, con un cóctel en mano, mientras un DJ pone la banda sonora de vuestra minimoon. Es uno de esos momentos en los que la vida parece sencilla y solo tenéis que preocuparos de vivir el momento.
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El tercer día es para saborear sin prisas. Un brunch seguido de un paseo romántico por el Puerto de Andratx, con sus barquitos. La despedida no puede ser otra: una última sesión de spa, ese regalo final que prolonga la calma y el bienestar antes de volver al mundo real.
¿El resultado? No es solo un fin de semana romántico: es una luna de miel en miniatura, con mayúsculas. Tres días que condensan lujo, relax, experiencias y complicidad, y que te dejan con la certeza de haber elegido el escenario perfecto para estrenar tu vida en pareja.
San Sebastián: Amor que sabe a pintxo
Pocas cosas son más románticas que perderse por la Parte Vieja de San Sebastián, probando pintxos entre risas y brindando con un txakolí bien frío. El primer día es un paseo sin prisa, donde la gastronomía se convierte en la protagonista de vuestra escapada ¡estáis en una de las ciudades con la mejor tarta de queso, no lo olvidéis!
El segundo arranca con un curso exprés de cocina vasca: risas, cucharas de madera y recetas que se quedarán grabadas en vuestra memoria.
Y el tercer día, cambio de perspectiva: un paseo en barco por la bahía de La Concha. El viento os despeina, el mar marca el ritmo y el brindis final sabe más auténtico que nunca. Tres días que resumen lo mejor de San Sebastián: sabor, cultura y un romanticismo natural que se respira en cada rincón.
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Sevilla: Pasión en cada esquina
Sevilla es calor, azahar y noches que no acaban. Tu minimoon aquí arranca con vistas a la Giralda desde la terraza de AIRE Ancient Baths, con la Giralda frente a tus ojos y el murmullo de la ciudad como banda sonora. No hay mejor forma de estrenar una escapada romántica.
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El segundo paso es perderse en el centro con calma, sin mapas ni prisas, dejándote llevar por el bullicio de las plazas. Entre un bar y otro, las tapas se convierten en declaraciones de amor: compartir una ensaladilla, brindar con una Cruzcampo bien fría o descubrir cuál es vuestra croqueta favorita se vuelve un ritual íntimo y divertido.
Y, cuando cae la noche, Sevilla sube el volumen. Es el momento de dejarse arrastrar por la fuerza del flamenco en un tablao. La mezcla de guitarras, taconeo y cante tiene algo mágico. Allí, entre palmas y arte, descubrirás que la pasión sevillana no se explica: se siente.
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Menorca: El arte de bajar revoluciones
En Menorca el tiempo se diluye y todo invita a bajar revoluciones. La primera noche empieza con una cena a pie de cala, iluminada por farolillos y con el sonido del mar como único acompañamiento.
El segundo día llega con aventura, pero en clave suave: una ruta en kayak por playas vírgenes con arena blanca y el agua turquesa. Son rincones casi secretos, perfectos para sentir que el mundo se ha quedado en pausa solo para vosotros.
Y el broche final, al tercer día, es un amanecer en el Faro de Favàritx. Frente a ese paisaje lunar y salvaje, los primeros rayos del sol se convierten en testigos de un momento inolvidable. Minimalismo vital, puro slow love.
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La Rioja: Entre viñedos y burbujas
Si lo vuestro es brindar, La Rioja os recibirá con los brazos abiertos. El primer día podéis empezar con una cata de vinos y una cena maridaje que convierte cada plato y cada sorbo en un pequeño ritual de complicidad. La gastronomía y el vino se entrelazan, y vosotros sois los protagonistas de este viaje sensorial.

El segundo día está pensado para mimaros: un circuito de vinoterapia en un spa, donde los aromas y los tratamientos os envuelven en relax absoluto.
Y para cerrar, el tercer día ofrece una experiencia que se queda grabada en la memoria: sobrevolar los viñedos en globo al amanecer. La inmensidad del paisaje, los colores del viñedo y la sensación de libertad hacen que cada brindis sea todavía más especial.
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Formentera: Bohemia chic
Formentera es sinónimo de esa sensación de dejar las prisas atrás y entregarse al ritmo del Mediterráneo. La primera tarde empieza fuerte, con una puesta de sol en el mítico faro de Cap de Barbaria. Es uno de esos instantes que se quedarán grabados en vuestras retinas para siempre.
El segundo día invita a lo simple: un picnic en la playa, con los pies descalzos en la arena blanca y el mar como banda sonora.
Y como broche final, el tercer día, trae un guiño divertido y muy fotogénico: dar una vuelta por la isla en una Vespa vintage. Entre risas, abrazos y paisajes de postal, os llevaréis imágenes que capturan no solo el viaje, sino la esencia de vuestro amor recién estrenado.
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Costa Brava: Arte, calas y velero
La Costa Brava es ese rincón donde el mar se mezcla con el arte y la naturaleza. El primer día empieza en Cadaqués, un pueblo blanco que parece detenido en el tiempo. Pasear por sus calles empedradas y acabar con una cena frente al mar es la mejor manera de dar inicio a una minimoon en este rinconcito del mundo.
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El segundo día podéis ir al Cap de Creus, un paisaje absolutamente magnético donde las rocas parecen esculturas moldeadas. Allí, la visitad al Museo Dalí en Figueres y añade un toque cultural a esta escapada.
El tercero está reservado para el mar. Un paseo en velero bordeando calas escondidas os regala la sensación de tener el Mediterráneo entero solo para vosotros ¿hay algo mejor para cerrar esta experiencia?
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Granada: Romance nazarí
Granada es una ciudad que parece diseñada para el amor, con su mezcla de historia y belleza andalusí. La primera noche comienza con un plan imposible de olvidar: cenar con la Alhambra iluminada como telón de fondo. El juego de luces sobre las murallas, el murmullo de la ciudad y la complicidad de la velada crean una escena que se queda grabada para siempre.
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El segundo día invita a perderse juntos por las callejuelas del Albaicín, con sus casas encaladas y rincones llenos de historia.
Y para despedirse, nada más mágico que un amanecer en el Mirador de San Nicolás. Frente a vosotros, la Alhambra de fondo mientras que la ciudad despierta poco a poco. Es un momento único que condensa lo mejor de un minimoon en Granada: belleza, cultura y romance en estado puro.
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Tenerife : Estrellas y volcanes
Tenerife es naturaleza en estado puro y un escenario perfecto para vivir un minimoon de contrastes. La primera noche podéis comenzar con una comida en el Teide, con esa vista imponente de ese Parque Natural.
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El segundo día trae mar y vida: una excursión privada en velero os permitirá surcar las aguas del Atlántico en busca de delfines y ballenas.
El tercero os devuelve a tierra firme con una ruta enológica por el norte de la isla. Entre viñedos de origen volcánico y bodegas familiares, descubriréis un vino con carácter propio y brindaréis por esta nueva etapa.
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Madrid: Lujo urbano
Madrid tiene un encanto que combina historia, modernidad y ese toque inesperado que convierte cualquier escapada en algo especial. Si buscáis una experiencia urbana con glamour y romanticismo, vuestro refugio perfecto es el Inhala Hotel Garden, un oasis en pleno centro donde cada detalle está pensado para el relax y la intimidad. Desde su terraza con vistas a la ciudad hasta sus espacios cuidadosamente diseñados, el hotel se convierte en el punto de partida ideal para vuestro minimoon.

El primer día podéis sumergiros en la música: un espectáculo privado de jazz, de flamenco o música indie. Lo bueno de la capital es que podéis encontrar todo lo que os apetezca. Al día siguiente, la ciudad se descubre desde otra perspectiva: un tour de rooftops, desde los tejados históricos hasta los rascacielos modernos. Entre risas y brindis, la capital se convierte en vuestro escenario privado.
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Para cerrar esta escapada urbana, nada mejor que un picnic en El Retiro. Porque un minimoon en Madrid no solo es recorrer la ciudad: es vivirla y guardarla en la memoria con un toque de lujo, modernidad y estilo.
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Asturias: Verde que te quiero verde
Asturias es ese rincón del norte donde el verde de las montañas se mezcla con el azul intenso del mar, y donde cada plan respira autenticidad. La primera noche comienza con una cena en un chigre moderno: sidra fresca escanciada con arte, platos tradicionales con un toque actual y un ambiente acogedor que invita a brindar y a reírse sin prisas.
El segundo día os lleva a lo más emblemático de la región: los Lagos de Covadonga. Rodeados de paisajes de postal, caminar juntos por senderos que huelen a hierba húmeda y respirar aire puro es una experiencia tan sencilla como poderosa. Es la naturaleza en su versión más romántica, sin artificios.
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Para despedirse, nada mejor que un festín marinero en Cudillero, un precioso pueblo pesquero donde las casas blancas se asoman al Cantábrico.
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Cádiz: La luz del sur
Cádiz es frescura, alegría y ese ritmo de vida que invita a dejarse llevar. El primer día empieza con un atardecer en la playa de Bolonia, con su combinación de mar, su duna infinita y el contraste de verde montañoso junto a Baelo Claudia.
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El segundo día es para lanzarse a la aventura en pareja con un curso exprés de surf en Tarifa. Entre caídas, risas y olas, la experiencia se convierte en un recuerdo ligero y divertido, perfecto para guardar en la memoria.
Y para rematar la escapada, nada mejor que perderse por el casco histórico de Cádiz, uno de los más antiguos de Europa. Pasear de la mano por sus callejuelas, asomarse a las torres miradores y dejarse llevar hasta la Plaza de las Flores convierte la mañana en un recorrido lleno de encanto. Después, una comida frente al mar en La Caleta, con “pescaito” frito y vino fino bien frío, es la guinda perfecta para un minimoon que huele a salitre y sabe a libertad.
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Un minimoon no se mide en kilómetros, se mide en intensidad. Tres días en los que todo gira a vuestro alrededor: la calma, la pasión, la aventura, el lujo. La magia está en que cada hora cuenta, y en que el regreso a casa trae algo más que maletas: trae la certeza de haber celebrado el amor de la forma más auténtica.
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