María Carolina de Liechtenstein y Leopoldo Maduro se han dado el “sí, quiero” en la Catedral de Vaduz ante la mirada de familiares y amigos
La realeza de Liechtenstein vivió un día histórico el pasado sábado con la boda de la princesa María Carolina, de 28 años, única hija del heredero al trono, y Leopoldo Maduro Vollmer, de 34, un año después de anunciar su compromiso. La ceremonia, celebrada en la majestuosa Catedral de Vaduz, reunió a gran parte de la aristocracia europea, además de familiares y amigos y también atrajo la atención de numerosos medios internacionales. Aunque había trascendido poca información, la Casa Real de Liechtenstein ha compartido algunas imágenes que nos han permitido conocer detalles de esta esperada celebración.
La novia llegó acompañada de su padre, el príncipe Luis de Liechtenstein. Ambos llegaron sonrientes, al igual que el novio que también desfilo hacia el altar del brazo de su madre.
Así fue la ceremonia
Una vez en la Catedral, comenzó el acto religioso. En las fotos se pueden ver numerosos momentos de la ceremonia y también a gran parte de los invitados. Por parte de la novia, acudieron sus tres hermanos, los príncipes José, Jorge y Nicolás, todos vistiendo de chaqué. Tras el intercambio de anillos, los novios salieron de la Catedral entre aplausos y abandonaron el templo para trasladarse al banquete de la boda junto al resto de invitados.
Como se pueden ver en las fotos, los novios escogieron una bonita decoración floral para la Catedral. La puerta se llenó de flores blancas con toques de azul que combinaba a la perfección con el ramo de la novia.
El vestido de novia, el secreto mejor guardado
Una de las mayores preguntas que se hacía la prensa internacional era el vestido de novia. Fiel a la tradición familiar, se esperaba que la novia apostara por un look nupcial clásico y tras ver las fotografías, se confirmaron todas las expectativas. La novia escogió un maravilloso vestido de novia romántico y atemporal. Un diseño que, aunque guarda tradición, también tiene un toque actual. El vestido presentaba un corte princesa ligero con falda de volumen y movimiento muy natural. Nada que ver con los vestidos estructurados que parecen entorpecer cada paso.
Cuerpo ajustado que marca la cintura y sutil escote en forma barco. En cuanto al tejido, se combinaba el tul y las transparencias con pequeños detalles de plumeti que se repartían por el vestido y el velo. Manga corta con volante plisado y falda que recordaba mucho a las clásicas faldas de ballet. Mientras la novia subía la increíble escalinata de la Catedral decorada con bonitas flores, sus damitas de honor sujetaban el delicado velo de la novia.
Tras la ceremonia los novios salieron a saludar a la multitud de personas que se reunían en las inmediaciones de la catedral.
Las joyas familiares
Para completar su look nupcial y darle ese toque princesa tan característico de las bodas reales, la novia llevó la tiara Fringe de Habsburgo, una joya emblemática de la familia real de Liechtenstein. Esta pieza está hecha en diamantes en forma de flecos y es un referente en bodas reales de todo el mundo, desde Reino Unico hasta Suecia, Dinamarca, Mónaco y Grecia. Está fabricada por Köchert alrededor de 1890 para la archiduquesa María Teresa de Austria. Después, esta tiara fue heredada por la archiduquesa Elisabeth y posteriormente llevada por los miembros de la familia Liechtenstein.
Además de esta increíble tiara, la novia lució unos pendientes de diamantes en forma de lágrima que se dejaban ver a la perfección gracias a su pelo recogido. Unos pendientes que, a pesar de ser largo, destacan por su elegancia discreta aportando un brillo sutil que combinaba a la perfección con el diseño del vestido. Estos pendientes también han aparecido en otros eventos de la realeza, haciendo así conexión con su historia familiar.
La novia
María Carolina, aunque no forma parte de la línea sucesoria debido a la Ley Sálica, posee los títulos de princesa y condesa de Rietberg. Estudió en la Parsons School of Design de París y Nueva York, lo que la llevó a Londres, donde conoció a su ya marido. Su relación ha estado marcada siempre por la discreción hasta que en octubre de 2024 llegó su compromiso. Su romance con el joven venezolano ha suscitado el interés de toda la prensa europea.
El novio nació en caracas en 1990 y pertenece a una familia venezolana de gran tradición. Estudió durante años y desarrolló su carrera en banca de inversión en París y Nueva York antes de establecerse en Londres, donde trabajó gestionando patrimonios.
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