Muchas novias eligen casarse con zapatos heredados y no hablamos de algo prestado por protocolo o de una superstición, sino de un gesto que mezcla moda, sentimiento y un toque vintage
Tu madre, tu abuela… y ahora tú. ¿Qué tal si luces los zapatos que ya llevaron ellas el día de su boda? Sabemos que el vestido de novia es el rey dentro del look nupcial pero, siendo sinceras, son los complementos los que terminan de sentir el look, de demostrar la personalidad de la novia. Un velo romántico, unos pendientes que guardan historia, un tocado de lo más original o los zapatos.
Estos últimos no son solo los encargados de acompañar a la novia hasta el altar, son un complemento que pueden robar todas las miradas si se eligen bien. Y es aquí donde entra una tendencia que no solo nos ha conquistado a nosotras, también a muchas novias que eligen casarse con zapatos heredados. Y no, no es porque en las tiendas no haya zapatos bonitos, es porque cada vez más novias quieren que sus pies lleven historia, tradición y un poquito de magia familiar.

Puede que sean los que tu madre guardó como un tesoro desde su boda, perfectamente cuidados y con ese aire de “otro tiempo” que ahora es pura moda. O quizás sean los de tu abuela, esos que huelen a recuerdos y que tienen una clase que ni en las pasarelas de París. Incluso, puedes heredar los que tu hermana mayor y comenzar con una bonita tradición familiar donde los zapatos pasarán de generación en generación.

Además, es un gesto muy en línea con la moda sostenible, una idea perfecta para aquellas novias que están concienciadas con el medio ambiente. Reutilizar, restaurar y dar nueva vida a piezas que tienen un valor incalculable, sobre todo, sentimentalmente hablando. Eso sí, antes de lanzarte al altar con ellos, conviene llevarlos a un zapatero de confianza por si hay que hacer pequeños retoques: un cambio de suela, un lacito nuevo… ¡Et voilà, listos para el gran día!
Zapatos heredados como ese “algo prestado”
Todas hemos oído eso de “algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul” para el gran día. Pues bien, si buscabas una idea para hacer realidad todos estos complementos, los zapatos heredados con el combo perfecto. Cumplen con ese “algo viejo” y también con el “prestado”. Con un solo complemento cumples con estas dos supersticiones. Y, si son azules, cumplirás con la tradición completa.

El significado que guardan es precioso: llevar contigo un pedacito de la buena suerte y la felicidad de alguien que ya encontró el amor y dijo “sí, quiero” antes que tú. Normalmente pensamos siempre en joyas a la hora de buscar un elemento prestado pero, ¿y si en lugar de eso calzas unos zapatos? Además de original, tiene un punto divertido. Imagínate contando en la boda que esos tacones ya han desfilado por el altar más de una vez. Y es que, todas queremos que nuestra boda sea única y tenga algo que la haga especial. Rescatar unos zapatos familiares es una manera de unir moda, tradición y emoción.
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