Seguro que has visto esas fotos en Instagram: caminos cubiertos de hojas doradas, cabañas junto a lagos que reflejan un bosque de mil tonos cálidos, y parejas abrazadas con una taza de chocolate caliente en la mano. Lo que empezó en Estados Unidos y Japón como leaf peeping —esa costumbre de viajar solo para contemplar y fotografiar los colores de otoño— se ha convertido en una tendencia irresistible para las parejas recién casadas.
¿Y cómo no? Octubre y noviembre ya no son solo “temporada baja”, sino el momento perfecto para una luna de miel diferente, romántica y sin multitudes. Imagínate: tú, tu pareja y un paisaje que parece pintado con acuarelas. Aquí te contamos por qué los colores de otoño están marcando tendencia… y cuáles son los destinos que mejor los lucen.
Por qué los colores de otoño conquistan a las parejas
Hay algo casi mágico en ver cómo el paisaje cambia ante tus ojos. Los árboles se tiñen de rojos intensos, naranjas quemados y amarillos brillantes, el aire se vuelve fresco, y todo invita a ralentizar el ritmo. Es la estación ideal para desconectar después del torbellino de la boda y reconectar con lo esencial: el amor, la calma, el presente.
Además, los destinos de otoño suelen ser más asequibles, con menos turistas y una atmósfera íntima que encaja perfectamente con el espíritu de una luna de miel.
8 destinos donde los colores de otoño son protagonistas
1. Vermont, EE. UU.
Mejor semana de color: primera quincena de octubre
Spot de foto: la Route 100, entre Stowe y Warren.
El clásico entre los clásicos. Vermont es la postal viva del otoño: granjas rojas, arces encendidos y montañas cubiertas de tonos fuego. Perfecto para un road trip con playlist y manta incluida.
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2. Kyoto, Japón
Mejor semana de color: mediados de noviembre
Spot de foto: el templo Eikando y el bosque de Arashiyama.
En Japón, los colores de otoño son casi una ceremonia. Los templos, rodeados de arces japoneses, se transforman en un espectáculo de rojos intensos. Ideal para una luna de miel zen, entre cultura, té y belleza natural.
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3. Quebec, Canadá
Mejor semana de color: finales de septiembre a principios de octubre
Spot de foto: el Parque Nacional de la Jacques-Cartier.
La provincia francófona combina el encanto europeo con la naturaleza salvaje. Aquí, los bosques parecen incendiarse de color bajo la luz dorada del atardecer.
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4. Baviera, Alemania
Mejor semana de color: segunda semana de octubre
Spot de foto: el castillo de Neuschwanstein.
Si te imaginas una luna de miel de cuento, este es tu lugar. Los colores de otoño enmarcan castillos, lagos y pueblos alpinos de una belleza casi irreal.
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5. Sierra de Gredos, Ávila
Mejor semana de color: primera semana de noviembre
Spot de foto: Puente del Duque, Navarredonda.
Bosques, montañas y alojamientos rurales con chimenea: el escenario perfecto para una luna de miel íntima y cálida.
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6. Parque Nacional Torres del Paine, Chile
Mejor semana de color: mediados de abril (que es cuando el otoño baña Torres del Paine)
Spot de foto: el mirador Base Torres.
Para las parejas aventureras, el sur de Chile ofrece un espectáculo de colores de otoño en plena Patagonia, con guanacos y montañas nevadas de fondo.
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7. Nueva York, EE. UU.
Mejor semana de color: finales de octubre
Spot de foto: The Mall, en Central Park.
Romántico, cinematográfico y urbano. Caminar bajo los arces amarillos de Central Park es como vivir en una escena de película.
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8. La Garrotxa, Girona
Mejor semana de color: finales de octubre
Spot de foto: Hayedo d’en Jordà.
Un paisaje cubierto de hayedos y pueblos de piedra. Perfecto para una escapada slow con encanto rural y gastronomía de temporada.
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Consejos para tu viaje otoñal
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Planifica con tiempo: los destinos más populares de colores de otoño se llenan rápido.
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Lleva capas: el clima cambia rápido entre sol y brisa.
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Incluye momentos sin cámara: a veces, lo mejor no es la foto perfecta, sino la sensación de estar ahí.
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Quizás lo que más enamora del otoño es su fugacidad. Los colores cambian día a día, las hojas caen, el paisaje se transforma. Es un recordatorio de que la belleza está en los momentos que no se repiten. Y qué mejor forma de empezar una vida juntos que celebrando, precisamente, eso.
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