Si no sabes qué peinado escoger, debes tener claro que el estilo reside en la sencillez. Por eso, un moño bajo con un lazo negro puede ser la mejor opción
Entre todos los recogidos, el moño ocupa un lugar privilegiado en las celebraciones. Es atemporal, sofisticado y muy versátil, por eso es uno de los peinados más elegidos entre novias e invitadas, especialmente en bodas de tarde y de noche donde la elegancia se adueña de cada rincón.
El moño bajo en concreto, tiene la capacidad de enmarcar el rostro, estilizar el cuello y aportar una armonía especial con cualquier estilismo. Combina bien con cualquier look, desde un vestido largo de gala hasta un conjunto más minimalista. Lo mejor del moño es que existen tantas versiones como estilos de novia invitada. Desde el pulido, con efecto mojado y sin un solo cabello fuera del lugar, hasta los moños más relajados o con trenzas incorporadas. Cada uno transmite una sensación diferente, pero todos aportan elegancia.

En las bodas actuales, el moño bajo se ha consolidado como una de las opciones estrella. Es un peinado que no roba protagonismo, sino que equilibra, permitiendo que el vestido y los complementos brillen por sí mismos. Sin embargo, aunque su base sea clásica, son los detalles los que hacen que un moño deje de ser “un moño más” para convertirse en un sello de estilo propio.
Accesorios que elevan el look: lazos
En este contexto, los lazos se han convertido en uno de los complementos más buscados para dar un giro diferente al moño bajo. No hablamos de grandes adornos ni recargados, sino de un detalle simple que, colocado en el lugar adecuado, transforma por completo el peinado. El lazo aporta un aire femenino, delicado y, al mismo tiempo, muy sofisticado, convirtiéndose en ese accesorio capaz de actualizar un clásico en cuestión de segundos.

En el caso de las invitadas, el lazo negro es el gran protagonista. Su sobriedad lo convierte en el aliado perfecto para bodas de noche donde combina con vestidos de terciopelo, tejidos satinados o incluso con diseños adornados con pedrería en cualquier tono.

El contraste entre la suavidad del peinado y la fuerza del lazo negro consigue un efecto equilibrado.

Además, la versatilidad de este accesorio permite jugar con tamaños y texturas. Un lazo de terciopelo puede transmitir calidez, para bodas de otoño e invierno, mientras que uno de raso puede añadir ese toque de brillo tan necesario en las bodas.
Lazos para novias
Pero los lazos no son solo para invitadas. Muchas novias se han animado a incorporarlos en sus looks nupciales como alternativa al velo tradicional. En lugar del clásico bordado o tul, optan por un lazo de gran tamaño en color blanco o marfil colocado en la base del moño con los cabos largos cayendo sobre la espalda. Este detalles, además de romántico, aporta un aire ceremonial que acompañará a la novia a caminar hacia el altar.

Normalmente estos lazos de combinan con tejidos de organza, seda o encaje para añadir una textura delicada, creando un efecto que recuerda al velo pero con un punto más moderno y minimalista.
La magia de los lazos está en que son capaces de transformar la percepción del moño bajo. De un recogido clásico se pasa a un look cargado de personalidad, simplemente con un accesorio discreto y elegante. Y lo mejor, es que se adaptan a todas las edades y estilos, desde las damitas de honor, a las novias, pasando por las invitadas que buscan un aire fresco. Un peinado con un toque especial pero sin que llame la atención como un tocado o una pamela.
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Fuente Lucia Se Casa https://ift.tt/Rg9rdZV
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