Una romántica pedida de mano en Las Montañas Rocosas canadienses sirvió de inspiración para la decoración de la boda de Beatriz y Raúl. Te contamos todos los detalles de su gran día.
Beatriz y Raúl nacieron el mismo año en Santander, aunque ella vivió toda su infancia en Aguilar de Campoó, una villa de montaña próxima a la ciudad, donde sí discurrió la niñez de Raúl. Pese a estar tan cerca tantos años, quiso el destino que se conociesen en Madrid, donde ambos estudiaron la carrera de medicina en la misma universidad. “Cuando nos conocimos ambos teníamos pareja y no era el momento”, explica Beatriz. “Después, hacia mitad de carrera, coincidimos en la misma clase y fue entonces cuando surgió una amistad como nunca habíamos vivido ninguno de los dos. Él ya no tenía pareja, nos fuimos dejando atrapar y cada vez queríamos coincidir en más planes, hasta que al final no pudimos negar lo evidente y comenzamos a salir un 14 de Febrero de 2017”.
La historia de amor de Beatriz y Raúl, cirujana plástica ella y médico infectólogo él en la actualidad, les llevó hasta su boda, que celebraron el 24 de octubre de 2024.
El vestido de novia y los complementos
Beatriz realizó su vestido en el taller de Valenzuela, en Madrid, donde lo diseñaron y confeccionaron a medida exclusivamente para ella.
“El tejido es la parte más especial del vestido, puesto que es una tela italiana brocada con un detalle de hilo metalizado que le daba un brillo precioso con la luz natural”, explica la novia. “El diseño tiene escote a la caja y espalda abierta abrochada con un botón vintage que escogimos en el taller. Las mangas son de corte francés con un acabado con perlas y botones de Swarovski”.
“Todo lo acompañamos con una capa de cuatro metros de longitud de corte romano que hacía unos pliegues naturales preciosos a los lados desde los hombros. Además del velo, de mayor longitud que la capa, que salía desde el peinado”.
“Acompañé el vestido con el perfume de mi madre, Coco Mademoiselle, de Channel. Me gustaba la idea de oler a ella en ese día”.
“Llevé unos zapatos de salón de Manolo Blahnik, el modelo Hangisi glitter, que después sustituí por unas cuñas de seda blanca de la colección novia de Castañer”.
“En el ramo coloqué una cinta de color verde botella de la Srta. Calista con nuestra fecha e iniciales, además de la Virgen del Pilar por mi abuela María del Pilar, que me acompañaba desde el cielo. El ramo, diseñado por José Pérez, incluía calas rosas, frutos de color burdeos, y una flor cántabra llamada lirio trepador que también estaba en la mesa de comedor entre los árboles”.
Respecto a las joyas, Beatriz llevó su anillo de pedida de diamantes y un anillo con zafiro azul, ambos de Joyería Suárez. Además de sus pendientes, “una joya familiar”.
Paula Oti se ocupó del maquillaje de la novia, mientras que PinUp Santander se encargó de peinarla. “Ambas son muy conocidas en la zona de Cantabria. Me prepararon un moño un poco desarmado que durante la fiesta se convertiría en una coleta ondulada”.
“Para la parte de la fiesta, además del paso a coleta, realicé un cambio de maquillaje de la mano de Cris Alonso, que nos acompañó con su Glitter Bar maquillando a todos las invitadas”.
El novio, la madrina y la madre de la novia
Raúl lució un chaqué clásico de Canali en color azul noche con zapatos negros de la misma marca.
Lo acompañó con unos gemelos de oro de su padre y un reloj suizo de Baume & Mercier, que fue su regalo de pedida.
La madrina lució un tocado y un vestido con estampado floral con manga francesa y cola diseñado por Jorge Vázquez, que acompañó con zapatos de color burdeos de Carolina Herrera.
Por su parte, la madre de la novia llevó un diseño floral de corte midi de Ze García, al igual que las sandalias de color nude.
Las flores
El florista y experto en decoración floral José Pérez, muy conocido en Cantabria, se encargó de las flores. “Nuestra pedida fue en Canadá, en Lake Louis, un lago espectacular de las Montañas Rocosas que inspiró la decoración de la boda. Como nuestra época favorita del año es el otoño, pedimos a José que el salón del banquete pareciese un bosque canadiense en otoño. Además, queríamos que la decoración fuese de estilo silvestre, con árboles naturales, vegetación, hojas y sin demasiada flor”.
“En la entrada de la iglesia así como en el altar había formaciones vegetales de gran altura sin flores, que conseguían ese aspecto silvestre, natural. Justo como queríamos”.
“En los platos de los comensales había hojas que caían de los árboles naturales que había en las mesas y una hoja de arce canadiense sujetaba la etiqueta del nombre de cada invitado”.
“Además, había un camino de musgo adornado con velas, vasijas desgastadas y decoración floral recorriendo el centro de las mesas. La mesa principal era la hoja de arce”.
Tanto la papelería, diseñada por Virginia, de Altamar Studio, como el seating plan se elaboraron con la misma temática: cada mesa era un árbol o una hoja representativa de la zona de procedencia de los invitados que la iban a ocupar.
José Pérez realizó el seating plan, para el cual estuvo un año envejeciendo dos puertas y una mesa con la finalidad de darle un aspecto antiguo. Colocó árboles sobre la mesa y delante de las puertas, y de las ramas colgó los meseros. El resultado fue espectacular.
También se dio un aspecto de bosque a la mesa dulce, que fue otro de los diseños de José Pérez: “tenía un árbol natural encima del que colgaban velas en bombillas”.
“Además, doblamos la iluminación de la finca con bombillas XL de Thelightingshow”.
La ceremonia y la celebración
La ceremonia se celebró en la Iglesia de Nuestra Señora Santa María de Toraya, en Hoz de Anero (Cantabria). “Fue oficiada por el cura de la familia, Ángel”.
“La música en directo fue algo único que emocionó a muchos de los invitados, que nos lo confesaron después. La banda de cuerda y viento de Scherzando, acompañando a su soprano, hizo que la ceremonia fuese preciosa. Entré en la iglesia acompañada de The Ludlows, de Leyendas de Pasión”.
“Para la llegada tengo que mencionar también a Rober, de Rollkard Collection, que nos acompañó en un Rolls-Royce clásico negro”.
La celebración fue en La Huerta de Cubas, en Cubas, Cantabria. “Es una finca con un comedor de estilo invernadero acristalado de quinientos metros cuadrados de superficie que ofrece muchas posibilidades en caso de lluvia. Además, cuenta con diferentes espacios y tanto el cóctel como la comida, la fiesta y el concierto se celebraron en rincones diferentes, lo que hizo que la boda fuese muy dinámica. De por si esta finca tiene una gran vegetación en el techo, lo que acompañaba muy bien nuestra idea. Para acompañarlo alquilamos un mobiliario en Catal que iba muy bien con nuestra idea de bosque, como las sillas de forja”.
La Finca de San Juan se ocupó del catering. “El cóctel fue completamente de estilo cántabro: tuvimos estaciones de zamburiñas y navajas con plancha en directo, sobadoras de anchoas, cortadores de jamón y quesucos cántabros. Además, salieron platos en bandeja como cocido montañes, rabas o terrina de foie”.
“La comida en mesa constó de bogavante del Cantábrico a la plancha y solomillo con foie a la plancha de segundo. Ademas de postres alternos como torrija y tarta de hojaldre Santos, típica de Torrelavega. Los vinos fueron del Bierzo, de donde procede la familia de Raúl”.
“Para la recena ofrecimos, además de la mesa dulce, con torre de muchos chocolates y gominolas, una máquina de palomitas servida por Pavlova, capricho favorito del novio, mesa de hamburguesas de McDonalds, capricho favorito de la novia, y tortillas de patata poco hechas al estilo cántabro, realizadas en Somo”.
“En cuanto a la música, que fue algo muy destacado, en el cóctel nos acompañaron en directo Swingtronics, que comenzaron con música ambiente de estilo jazz y bossa nova y acabaron con canciones actuales que animaron mucho la fiesta. ¡Nadie quería entrar a comer!”
“Tras el banquete contamos con la banda de música Villaboy Band, ¡un equipazo! Animaron la boda a un límite que no dabamos crédito. Y, para finalizar, junto con el fotomatón, glitter bar, recena y atrezzos, nos divertimos con el DJ de Amazing Deejays, que sabíamos que era apuesta segura”.
Las invitaciones y los detalles de los invitados
“Al igual que el resto de la papelería, las invitaciones fueron diseñadas por Virginia, de Altamar Studio. Elegimos un papel artesano en color verde con un tarjetón clásico y letra de estilo Oxford con decoración vegetal. Además de una pequeña tarjeta con ilustraciones hechas por Virginia de la finca y la iglesia, que incluía información adicional”.
“El regalo de los invitados también tenía un sentido muy especial para nosotros. Carlota Sánchez Pego, amiga de la infancia de Raúl y desde hace años amiga mía, es cofundadora de Kukura Uganda, una asociación de cooperación española de voluntariado con quien colaboramos en distintos eventos (carreras, mercadillos) realizados en Cantabria o Uganda con los que ya han ayudado a construir un Pozo para extraer agua potable, un colegio, una gallinero para su autogestión de alimentos…”
“El proyecto que estaba en marcha cuando nos casamos era realizar unas cunas para los bebés ugandeses, por lo que hicimos nuestra aportación a la causa regalando a nuestras invitadas coleteros y monederos de tela con estampados africanos realizados por los niños de allí y para los chicos un llavero y una pulsera con los mismos motivos”.
El momento más emotivo
Uno de los momentos más emocionantes fue la llegada de la novia: “Raúl se emocionó mucho y nos contagió a todos”.
“También fue muy especial nuestra salida de la iglesia. Nos esperaban todos nuestros testigos con cañones de mariposas de papel con los que consiguieron un efecto increíble”.
“Pero los momentos más emotivos de todos fueron, sin duda, los de los discursos de nuestras hermanas en la ceremonia y la entrega de los ramos a nuestras madres y hermanas en el comedor mientras sonaba la canción ‘Qué bonito es querer’, de Manuel Carrasco”.
Invitadas más elegantes
“Creo que las invitadas más elegantes fueron tanto nuestras madres como nuestras hermanas. Mi hermana iba, como mi madre, de Ze García”.
“Por su parte, la hermana de Raúl iba de Philippa. Esta última había dado a luz en Toronto, donde vive, doce días antes de la boda, y vino a España a celebrarlo. Al llegar, 24-48h antes de la boda, se compró el vestido. Sus otros tres hijos, nuestros sobrinos, fueron nuestros niños de arras”.
“Además, tuvimos muchas amigas con diseños y pamelas preciosos, de Ines Martín Alcalde, Cherubina, Carolina Herrera…”
Fotógrafo
El fotógrafo fue Pablo Madariaga, encargado también de fotografiar, seis años atrás, la boda de la hermana de Raúl. “Quedamos enamorados de sus fotos atemporales y naturales”, asegura Beatriz. “Al videógrafo, Héctor Torra, lo escogimos por el mismo motivo, el gran trabajo que realizó años atrás”.
Wedding Planner
“Aradia Gomez Wedding Planner fue el gran acierto de nuestra boda. Tanto la preparación como la organización del día B tuvieron una ejecución perfecta gracias a ella. La cantidad de proveedores que hubo que coordinar, además del número de invitados, cerca de 300, y que no surgiese ningún problema y que todo se hiciese a tiempo, con las comidas en su punto, los conciertos a su hora, la entrega de ramos, los discursos… se lo debemos a ella. Todo fluyó de una manera maravillosa. Solo tenemos palabras de agradecimiento para ella”.
Luna de miel
“Somos una pareja que afortunadamente ha viajado mucho, pero había un tipo de viaje que nos faltaba a los dos y que era nuestra prioridad: realizamos un safari privado por Kenia y Tanzania y acabamos en la isla de Zanzíbar. Tenemos poco que decir sobre esto, fue absolutamente increíble, tanto los alojamientos de lujo, como los paisajes y, por supuesto, los grandes protagonistas, los animales”.
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