Desde LucíaSeCasa queremos ayudaros y facilitaros las tareas más complicadas de cara al día más inolvidable de vuestras vidas. ¿Cómo? Enumerando, por ejemplo, algunas de las peores fechas para casarse.
Cierto es que cada pareja tiene sus motivos personales para escoger la fecha que más les guste o que más significado tenga para ambos pero, si se trata de afinar lo máximo posible con la fecha de la boda, hay algunos días clave para no dar el ‘sí, quiero’.
¿Lluvia? Las peores fechas para casarse
Uno de los motivos por los que muchas parejas ven el invierno como una de las fechas que no hay que escoger para la boda, es principalmente el mal tiempo. Si lo hacéis por el reportaje fotográfico, tampoco debéis preocuparos en exceso, pues un buen profesional de la fotografía como Míriam Alegría conseguirá sacar toda vuestra esencia, aun cuando la meteorología no os acompañe.
Sin embargo, aunque la estación de invierno sea la más fría, no es donde se concentran el mayor número de precipitaciones. Los meses con el número de días lluviosos más alto son abril, mayo, octubre, noviembre y diciembre. Si crees que la lluvia es un factor determinante para tu gran día, pero quieres casarte en esos meses, puedes optar por una celebración en un lugar que te permita organizar una boda al aire libre, si el tiempo os acompaña, pero que también te ofrezca la posibilidad de celebrar vuestro enlace refugiados de la lluvia. Un plan «B» es fundamental.
Las peores fechas para casarse si eres supersticiosa
Si eres una novia supersticiosa, apunta lo siguiente: de todas las fechas que no debes escoger para tu boda el día 13 es el que menos deberías barajar en tu calendario. También vete olvidando de casarte un martes, y evita celebrar tu enlace si por la noche hay luna menguante. ¿Por qué? Cada fase de la luna tiene un significado y, si eres una persona supersticiosa, es conveniente que los astros también sean tus aliados:
La luna llena representa la totalidad, la plenitud, la abundancia y la prosperidad. Se relaciona con conseguir pareja, quedarse embarazada o casarse. Por su parte, la simbología de la luna nueva dice que es el momento ideal para iniciar proyectos o para realizar algo que se estaba postergando. La luna nueva se asocia a ciclos de buenas energías.
La fase del cuarto creciente, por su parte, se asocia con épocas de gran actividad, nacimiento y crecimiento. Por eso muchas personas eligen cortarse el cabello en esta fase lunar. Es la segunda mejor opción para dar el ‘sí, quiero’, ya que su simbología dice que es tiempo de desarrollo. Por último, la luna menguante es la fase final del ciclo. En ella se solicita prudencia y reposo, por lo que es la menos adecuada para casarse. Pero, sobre todo, no te cases el día que haya cambio horario, ni elecciones, ni que sea el día de los Santos Inocentes, si no quieres bromas de mal gusto.
Si lo que quieres es evitar grandes ausencias por parte de tus invitados, procura no escoger fechas festivas o que coincidan con algún partido importante de fútbol, porque ya sabemos que todo el mundo se paraliza ante este tipo de eventos, ¡a veces hasta el novio!
El presupuesto puede ser un claro condicionante
Siempre hay novios que desean casarse en verano, mientras que una pequeña minoría prefiere hacerlo en invierno. El problema con el que se encuentran muchas parejas es que, a la hora de contar con un presupuesto X, las bodas que se realizan en temporada alta se suben bastante de precio. Si estás buscando la opción más barata sin renunciar a un buen restaurante o al banquete de bodas con el que habías soñado, las fechas que no debes escoger para tu boda son las comprendidas entre mayo y octubre.
La temporada baja de las bodas abarca los meses de diciembre, enero, febrero y marzo. En estas fechas es posible conseguir precios más asequibles con los proveedores. Y es más fácil encontrar disponibilidad. Bien es cierto que hay un pequeño repunte en Navidad. Además, es más barato casarse entre semana, siempre y cuando no coincida con festivos o días previos a festivos. También es más barato casarse por las mañanas.
Sin embargo, mayo es el mes en el que comienzan las mayores rebajas para encontrar el vestido de novia ideal. Durante los meses de verano,es posible conseguir los vestidos de novia más baratos, ya que es cuando comienzan a liquidar los modelos de temporada. En octubre se da la bienvenida a la nueva colección y los precios vuelven a aumentar.
Nadie mejor que una wedding planner para echaros una mano
Si realmente no tienes mucho tiempo para ponerte a planificar con tu pareja y a comprobar las fechas que no debes escoger para tu boda, una buena opción es recurrir a la ayuda de una wedding planner. Nadie mejor que ellas para aconsejarte y facilitarte esta tarea teniendo en cuenta vuestros gustos y preferencias. En LucíaSeCasa os mostramos a menudo los trabajos de grandes profesionales, para que no sólo podáis escoger la fecha perfecta, sino para que tengáis, además, la boda con la que siempre habíais soñado.
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