martes, 23 de diciembre de 2025

El vestido que no elegiste… y sigues recordando

Seguro que tú también tienes uno en mente. Un vestido que no elegiste pero que, por alguna razón, sigue apareciendo cada vez que pensamos en ese “gran día”

Hay vestidos que se compran y otros que se quedan. Esta reflexión va de los segundos. De ese vestido de novia (o de invitada) que vimos, nos probamos y nos hizo sentir algo difícil de explicar, pero que al final no fue el elegido. No porque no nos gustara, sino porque alguien opinó. Porque teníamos dudas. Porque pensamos demasiado. Y aunque el vestido que finalmente llevamos también nos encantó, esa primera sensación al probarnos el otro, no la volvemos a sentir.

Fotografía: Vitini Weddings

Es una historia más común de lo que parece. Basta con hablar con otras novias para descubrir que muchas comparten esta misma vivencia y recuerdo: “Me probé uno…”. Un vestido diferente al que finalmente compramos, más atrevido, más sencillo, distinto. Quizás tenía un escote pronunciado, una espalda demasiado abierta o un estilo que no encajaba con lo que se espera de una “novia”. Y ahí empieza el diálogo interno y externo.

El vestido que nos hace sentir especiales (pero no elegimos)

El momento de probarse vestidos de novia suele estar cargado de expectativas. Vas acompañada, escuchas opiniones, miradas y silencios. Y de repente, aparece ese vestido. Te miras al espejo y algo te hace click. No sabes explicarlo, pero te ves, lo sientes como una segunda piel y no te ves como una novia recargada, te sientes tú misma. Segura, cómoda y guapa. Pero entonces llegan las frases que muchas conocemos bien: “Es precioso, pero…”, “¿No es demasiado?”, “Tu novio siempre ha dicho que le gusta un estilo clásico”. Y sin darte cuenta, empiezas a negociar contigo misma sin escuchar a tu “yo” interior.

Fotografía: Ópalo Photos

Empiezas a pensar si quizás es demasiado escotado, demasiado sencillo, si sería mejor una manga larga, si encaja con el lugar, con la familia, con la idea que los demás tienen… Y poco a poco, esa emoción inicial se va diluyendo entre argumentos que parecen sensatos pero que no siempre son tuyos.

Al final eliges otro vestido. Uno bonito, elegante y correcto. Te gusta, te ves guapa, te sientes feliz, pero hay algo que no es igual. No es decepción, es como una pequeña nostalgia porque recuerdas cómo te sentiste con el otro vestido. Y eso, aunque no se diga en voz alta, pesa, y siempre se recuerda. Muchas novias se preguntan si exageran por pensar en ese vestido que no fue. Pero no se trata solo de tela o diseño. Se trata de sensaciones, de ese instante en el que no estabas pensando en agradar a nadie, solo estabas fluyendo con un diseño con el que tú te sentías espectacular.

Fotografía: Diego de Rando

Una sensación que nunca más vuelves a sentir

Con el tiempo, muchas mujeres entienden que ese vestido simbolizaba algo más profundo. Representaba una versión de ellas mismas más libre, más segura, menos condicionada y por eso se recuerda. No porque el vestido elegido fuera un error, sino porque el descartado fue una intuición. Este tipo de pensamientos nostálgicos hacia otro diseño, aparece después de la boda, cuando ya no hay presión, cuando las fotos están ya hechas y el día de la boda ya ha pasado. Es entonces cuando algunas piensan: “Si volviera atrás…”. No desde el arrepentimiento, sino desde el aprendizaje.

Y aquí es donde queremos dar la lección a todas aquellas que están en este proceso. A las que están dudando en el probador y a las que sienten algo muy fuerte con un vestido, pero están a punto de descartarlo por miedo a no encajar, a no gusta o a salirse del guión.

Elegir un vestido de novia no debería ser una decisión en consenso. Es una decisión personal, no una votación familiar ni un reflejo de los gustas ajenos. Escuchar opiniones no está mal y tampoco dudar. Pero siempre hay que hacer caso a nuestro interior, a nuestros gustos, para no perder esa autenticidad. Al final, lo que permanece no es el aplauso, ni el “qué guapa ibas”, sino cómo te sentiste tú cuando caminabas hacia el altar. Si hay algo que merece ser elegido desde el corazón, sin filtros ni permisos, es el vestido con el que decides decir “sí”.



from Lucia Se Casa https://ift.tt/QHCeUyK
Fuente Lucia Se Casa https://ift.tt/QHCeUyK

No hay comentarios:

Publicar un comentario