Son muchas las preguntas sobre quién paga en una boda y hoy intentamos resolverte todas para que no haya discusiones
El anuncio de una boda siempre es motivo de alegría y, si ya os han pedido matrimonio, pronto comenzaréis a encargar vuestras invitaciones de boda y estudiar un sinfín de detalles clave para vuestra celebración. Organizar vuestra boda es una de las cosas más importantes que haréis como pareja y son muchas las decisiones que deberéis tomar y en muchos temas tendréis que poneros de acuerdo.
Pero entre tanto jaleo por la organización, siempre hay muchas dudas sobre quién paga en una boda. Y es que, el tema financiero puede ser un quebradero de cabeza. Cada pareja y cada familia es un mundo y es habitual encontrar diferentes formas de hacerse cargo de los gastos de una boda. Hoy os resolvemos todo sobre el reparto de gastos boda para que todo salga a la perfección.

Tradición vs. actualidad: cómo ha cambiado el reparto
Durante años, e incluso siglos, el reparto de los gastos ha estado bien dividido entre las familias de los contrayentes. La tradición de quién paga la boda señala a los padres de los novios, una regla no escrita que ha durado mucho en el tiempo, especialmente en la tradición occidental. Los padres de la novia solían ser los grandes inversores del evento, mientras que los del novio se encargaban de algunos detalles concretos.
Esta costumbre se fundamenta en que la familia de la novia “entregaba” a su hija y debía, por tanto, ofrecer una celebración digna para marcar este cambio en su vida.
Pero esto ya ha cambiado. En una boda moderna quién paga qué. Muchas parejas prefieren costear su boda de forma independiente, sin ayuda de la familia, demostrando su libertad económica. De estas nuevas formas sobre cómo organizar el presupuesto de la boda hablaremos más tarde. Primero, veamos cómo y quién paga la boda según la tradición.

Gastos habituales del lado de la novia
Como hemos dicho, los gastos del novio y la novia han cambiado mucho, aunque podríamos dividirlos así.
Los padres de la novia desembolsaban gran parte de dinero en la celebración. El vestido de la novia y sus complementos corrían siempre a cargo de la novia, aunque la familia del novio siempre le hacía un buen regalo. Normalmente, se le regalaba el aderezo, las joyas que luciera ese día.
El banquete también lo pagaban los padres, tanto el catering como el dinero para el lugar de la celebración. La decoración floral de la ceremonia y el ramo de novia, aunque este último muchas veces también lo podían regalar los suegros, los padres del novio. Las invitaciones de boda y la papelería, el fotógrafo, el transporte de la novia, la música de la ceremonia y de la celebración y el alojamiento de invitados por parte de la novia, corrían a cargo de la protagonista. Por último, la familia de la novia también le hacía un buen regalo al novio que, generalmente, se le daba un reloj.

Para entendernos, la familia de la novia se hacía cargo de la mayoría de los gastos “visibles” de la celebración.
Gastos habituales del lado del novio
¿Qué pagaba el novio tradicionalmente? Su traje, las alianzas, los anillos de compromiso, los trámites necesario para llevar a cabo la boda, ya sea civil o religiosa, el coche del novio, el viaje de luna de miel, el alojamiento para sus invitados y el regalo de la novia. Tradicionalmente, era la madrina la que compraba las arras de boda, siempre y cuando no tengan otras heredadas de padres o abuelos.
Pero, como hemos comentado, todo esto era tradición. Ahora, cada pareja puede hablar y decidir libremente cómo dividil los gastos de boda. Aún así, aunque hayan pasado los años y cada vez queramos ser más independientes, son muchos los padres que pagan la boda. ¡Qué haríamos sin ellos!

Si tú y tu pareja preferís haceros cargo vosotros de todos los pagos, debéis saber que el coste medio de una boda en España para unos 100 invitados es de unos 20.000€. ¿Cómo podéis pagar esa cantidad?
Opciones modernas para repartir el presupuesto sin tensiones
El presupuesto de una boda no puede convertirse en un tema de pelea constante entre la pareja. Para ello, debéis hablar claramente y sin tapujos sobre vuestras posibilidades económicas y hacer una repartición justa y flexible de los gastos de la boda. ¿Quién paga la boda? Aquí te dejamos algunas formas modernas para repartir los gastos.
1. Mitad y mitad
Un clásica para todo. Cada parte de la pareja o de la familia aporta un 50% del presupuesto total. Así no habrá discusiones innecesarias. Al final sois dos los que os casáis. Esta es una idea perfecta para parejas que tienen ingresos similares.

2. En proporción a los ingresos
Hay muchas parejas que tienen ingresos diferentes, en las que uno gana más que otro. Otra alternativa es que cada uno aporte en función de lo que gana. Por ejemplo, si uno gana el 50% del gasto total y el otro el 30%, así se reparte el gasto. Esta es una forma de evitar que una de las partes se sienta agobiada por los pagos pero requiere una transparencia total sobre lo que gana cada uno.
3. Por partes
Podéis hacer un reparto equitativo por conceptos: uno paga el catering, otro el alquiler del lugar de la celebración, otro la música, otro la decoración… También se puede hacer por gustos. Por ejemplo, uno quiere poner una Hora Loca por todo lo alto, pero el otro no. Pues, el que quiera, que pague la Hora Loca de sus sueños. Esto no lo recomendamos mucho porque al final puede generar discusiones tontas entre la pareja. Además, sería injusto desequilibrar tanto el presupuesto de cada uno.

4. Ayuda de las familias
Contar con el respaldo de las familias siempre es un desahogo. Los novios pueden contar con su ayuda siempre y cuando estos se la ofrezcan. No pongáis a nadie en un compromiso, ni siquiera a vuestros padres, por mucha confianza que tengáis con ellos. Hablad primero con confianza si necesitáis ayuda económica porque si ellos pueden, seguro que os la darán. Ojo, que os ayuden económicamente no significa que ellos tomen las decisiones importantes de la celebración. Hacedlos partícipes de la organización pero la última palabra siempre debéis tenerla vosotros.
5. Fondo común
Esta idea es genial para las parejas más ahorrativas. Si os han pedido matrimonio y tenéis varios meses por delante hasta la boda, lo mejor es que empecéis a ahorrar desde el minuto 1 con una cuenta conjunta. Podéis ingresar periódicamente una cantidad y de ahí pagar todos los gastos cuando sea necesario. Esto es muy útil para mantener un control y evitar líos de dinero, aunque requiere de cierta organización y revisiones periódicas para controlar ese presupuesto.

Tened en cuenta que juntos podéis ahorrar dinero de la boda. Si os mantenéis unidos durante la planificación y no dejáis que uno se encargue de todo, las invitaciones, la decoración e incluso las invitaciones de boda podéis hacerlas vosotros mismos. Aquí os dejados ideas de decoración DIY que os encantarán.
Sea cual sea el método que elijáis, todos son igual de buenos. Lo importante es hablarlo con honestidad porque el tema del dinero es delicado para muchas parejas. Y, por supuesto, evitar cualquier discusión es fundamental para una organización sin estrés.
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