Lo lleváis pensando unos meses. O quizá te lo hayas encontrado sin pensarlo. Lo importante es que te casas, ya es una realidad. Todo eso que se te había pasado por la cabeza en las conversaciones con tus amigas, “cuando me case…”, “me gustaría un vestido…” o “no invitaré a tanta gente…” dejan de ser hipótesis para convertirse en charlas reales. Ha llegado el momento de comenzar a tomar decisiones, pero hay que empezar por el principio: ¿dónde celebrar el banquete? Es uno de los primeros quebraderos de cabeza que te llevarás porque las reservas se hacen de año en año y quizá vuestra primera opción ya no esté disponible.
Si quieres que sea algo especial, diferente, en los últimos años están muy de moda las construcciones históricas. Este tipo de edificios logran una atmósfera tradicional, de intimidad que hacen aún si cabe, más inolvidable este día.
Un pazo gallego
Al igual que las masías, muchos pazos han vuelto a renacer gracias al turismo y por extensión, a celebraciones como estas. Los pazos son casonas típicas de Galicia construidas entre los siglos XVII y XIX generalmente aisladas y con grandes extensiones de jardín rodeando al edificio principal. Estas circunstancias arquitectónicas, adaptadas al siglo XXI permiten a los novios encontrar aquí el escenario perfecto para su celebración.
Los pazos han visto en este tipo de celebraciones el gancho definitivo para salir del estado de abandono en el que habían entrado algunos desde hace muchos años. Además, aunque están empezando a despegar, todavía no son muy frecuentes por lo que es una agradable sorpresa para los invitados asistir a una celebración así en un sitio como este.
Una casa rural con encanto
Sin salir del ámbito más rural y siempre pensando en novios que quieran celebraciones alejadas de los grandes salones impersonales, las casas rurales son otra opción donde podrás celebrar bodas un tanto diferentes a lo común. Este tipo de establecimientos no solo ofrecen espacios habilitados tanto para verano como en periodos con peores condiciones meteorológicas, sino que además también dan alojamiento a muchos de los invitados que acudirán al evento. Esto es, sin duda, un alivio para los novios que evitan de esta forma tener que reubicar a sus convidados en otros espacios.
¿Una cueva?
Sí, sí. La originalidad a la hora de celebrar bodas va más allá de los edificios históricos… ¡llega a los prehistóricos! Antiguas cuevas rehabilitadas son otra de las posibles opciones para novios arriesgados. Espacios como estos se pueden encontrar sobre todo en la localidad granadina de Guadix. De hecho está considerada la capital europea de las cuevas. Y por qué no, aprovecharlas para eventos como estos, ¿no? Los jardines que las rodean están perfectamente equipados y preparados para celebraciones que congreguen a un número elevado de invitados.
Los caseríos como alternativa
La arquitectura de las antiguas edificaciones dan mucho juego a la hora de prestarlas para todo tipo de eventos. Por ejemplo, hay caseríos típicos vascos que además de convertirse en centros de negocios y reuniones para muchas empresas, también ofertan la posibilidad de celebrar bodas. Este tipo de construcciones tienen una ventaja: están alejadas del caserío más próximo y cuentan con una amplia extensión de jardines perfectos para los eventos ceremoniales. Los caseríos además suelen ser típicos del norte de España (País Vasco y Navarra especialmente) por lo que garantizan unas imágenes espectaculares del paisaje que los rodea: montañas forradas de un verde intenso que hace aún más especial e inolvidable este día.
Estas son propuestas alternativas que puedes tener en cuenta si todavía tienes dudas sobre dónde celebrar una boda. Son espacios con mucha historia y que aún no se han explotado demasiado, ¿te atreverías?
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