La hija menor del príncipe Nicolás de Liechtenstein y Margarita de Luxemburgo, María Astris de Liechtenstein, se ha casado este fin de semana con el empresario, Ralph Worthington.
Son tiempos difíciles para la Familia Real de Liechtenstein que trata de recuperarse del fallecimiento de la princesa Marie, el pasado mes de agosto. La familia va encontrando poco a poco la felicidad gracias a uno de los eventos que más alegrías trae: las bodas.
El vestido de novia de la princesa María Astrid
Si hace escasas tres semanas María Anunciata de Liechtenstein, la hermana mayor de María Astrid, daba el “sí, quiero”, ahora ha sido el turno de la pequeña. Italia ha sido nuevamente el lugar elegido para reunir a tres casas reales: de Liechtenstein, Luxemburgo y Bélgica. Allí, la jet set ha podido ver el enlace entre María y Ralph.
La novia ha lucido un precioso vestido con un secreto en su diseño: el escote en zigzag para “alargar” visualmente su silueta. El vestido de color marfil tenía detalles de bordados a lo largo de todo el diseño pero, la guinda final, era ese precioso escote en pico que partía del borde de sus hombros, simulando ser un escote barco, y que culminaba en un pico, tanto en la parte delantera como en la trasera.
María Astrid ha desfilado hacia el altar arrastrando una larguísima cola, acompañada de un precioso ramo de flores blancas y el complemento más importante: una tiara muy especial, legado de su familia.
Se trata de la tiara Kinsky Honeysuckle, realizada con motivos de madreselva en diamantes, plata y oro. Originalmente fue un regalo de bodas para la princesa María Josefa de Lichtenstein en 1870. Además, se trataba de un homenaje para la princesa Marie, pues se cree que en algún momento de 190 fue adquirida por Hans Adams II para su esposa, la princesa Maria. En 1933 la lució por primera vez para asistir al baile previo de la boda de su hijo.
Hoy en día, este complemento pertenece a la princesa Sofía por su condición de esposa del príncipe regente de Liechtenstein, así que habría sido Sofía la que se la habría prestado a su prima.
Ya se sabe: toda novia tiene que llevar algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul. Además, gracias a la estilista y editora Inés Cominges pudimos ver el look preboda de la novia: un romántico vestido de escote bardot con mangas largas y corte imperio con apliques florales en todo el diseño. Para dejar sus hombros totalmente al descubierto, María Astrid apostó por un moño que le sentaba fenomenal.
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