El día de la boda queremos que todo salga perfecto pero debemos contar con imprevistos que pueden hacer que sea un todo un desastre. ¿Cómo solventarlos?
Si algo puede salir mal, saldrá mal. Durante la celebración de una boda hay cosas que nos pueden desbordar o agobiar y el día que se supone que tiene que ser el más feliz de toda tu vida, se puede convertir en un desastre en tan solo unos minutos. ¿Cómo solucionar alguno de los problemas? Estos imprevistos son algunos de los que más molestan a nuestras novias, imprevistos que pueden echar a perder la sonrisa de los novios. ¡Tenemos una solución para todos!
Consejos para salvar tu boda del desastre
– Un día lluvioso. Los días previos a tu boda y, sobre todo, el día del enlace, estarás muy pendiente al tiempo. No queremos que el día de nuestra boda caiga un chaparrón porque, aunque tu celebración se lleve a cabo en el interior, tu vestido de novia, tu peinado y todas tus invitadas se verán afectadas. Para evitar que tu boda sea un desastre debes tener todo atado. Si tu boda se celebra en el exterior debes contar con una carpa o con la opción de poder hacer el cóctel dentro de un salón. Al mal tiempo, buena cara. Podrás conseguir fotos muy románticas con tu pareja bajo un paraguas. Y no temas por el peinado o el maquillaje, seguro que entre todas tus invitadas hay alguna que te pueda ayudar a mantener tu look.
Fotografía: Brides
– Flores marchistas. Puede llover o puede que haga un día de mucho calor y tus flores se marchiten antes de lo esperado. Las calefacciones y las altas temperaturas pueden hacer que tus flores se vean mustias. ¿Solución? Escoge flores resistentes como lirios o dalias. Evita las flores con poco aguante, tu florista de confianza te dará los mejores consejos.
– Un sol molesto. Si has decidido casarte al aire libre, en pleno verano y con una boda de día, es posible que es sol moleste. Debes contar con sombrilas o parasoles y repartir entre tus invitados detalles como abanicos o paipais para que soporten el calor. Cuando comience el cóctel de boda que no falte cerveza y agua fría.
– Retraso de alguien importante. Quizás alguien importante en la boda no llegue a tiempo, ya sea porque se ha acostado tarde la noche anterior o porque la impuntualidad es su característica más fuerte. Lo mejor es que hables con la persona antes de la boda y le comentes lo importante que es que esté a la hora indicada. Ya sea por las fotos, por la ceremonia o por cualquier otro momento donde sea imprescindible su asistencia. Y si esta persona no es fundamental para el desarrollo del enlace, no te preocupes. Intenta disfrutar y ya llegará.
Fotografía: Wedding Chicks
– Niños en la boda. Los niños en una boda correrán, gritarán, llorarán, se subirán por todos sitios pudiendo llegar a ser algo molestos. Para que esto no ocurra, y los invitados y los novios disfruten mientras que ellos se lo pasan bien, recomendamos habilitar una zona exclusiva para ellos. Agruparlos a todos para que coman juntos y después, cuando hayan terminado, puedan jugar. También puedes contratar a alguien que se haga cargo de ellos y que, a la vez, les prepare un espectáculo con globos o marionetas. Los padres y los niños lo agradecerán, al fin y al cabo, para ellos una boda no es algo tan divertido. Haz que se lo pasen en grande.
– Costes ocultos. El día de nuestra boda podemos encontrar un pago con el que no contábamos. Un proveedor no justifica el precio y hay que pagar más de lo esperado. Siempre que vayas a hacer un cambio en la organización del enlace pide que te den todo por escrito y, antes de firmar algún contrato, lee siempre la letra pequeña para no llevarte disgustos.
Fotografía: Cines of the Yarra Valley
– Invitado dando la nota. Es muy típico de las bodas. A veces, cuando la fiesta comienza, siempre hay alguien que se anima más de la cuenta con dos copas de más y empieza a hacer tonterías y bailes raros. Esto puede causarnos algo de vergüenza y ponernos en una situación incómoda. Para evitar esto, lo mejor es pedirle a alguien de confianza del invitado en cuestión que le diga que baje el ritmo. Y por supuesto, para evitar que los invitados que se hayan tomado unas copas cojan el coche pudiendo ocasionar accidentes indeseados, lo mejor es contratar un servicio de transporte público.
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