Llevas mucho tiempo planificando el día de tu boda: el vestido, los zapatos, el convite, la ceremonia, la luna de miel… Y, por fin, llega el gran día. Todo sale a pedir de boca y, además, te recuperas un poco del desgaste económico, ¿o no? Pero, ¿qué pasa con Hacienda?
Para muchas parejas el verano es la mejor época del año para casarse. Los meses de calor ya están aquí y, aunque este año será diferente por la pandemia, el Gobierno ha anunciado que los territorios en fase 2 ya podrán celebrar bodas.
Con lo estresante que puede llegar a ser la planificación de una boda, lo último en lo que pensamos es en el hecho de que Hacienda pueda aparecer como otro invitado más durante la celebración. Y eso es exactamente lo que le pasó a una pareja de Badajoz el año pasado. Estaban celebrando el convite y dos inspectores de la Agencia Tributaria decidieron asistir también, aunque ellos no habían sido invitados, precisamente. Con el susto en el cuerpo, los recién casados descubrieron que el motivo de esa ‘auto-invitación’ era el embargo a la empresa que organizaba su banquete, ya que el catering debía dinero a las arcas públicas. Los agentes no preguntaron si los invitados les habían hecho regalos y en qué cuantía. Pero, ¿sabéis que con la ley en la mano, los regalos que reciben los novios durante el enlace son tomados como donaciones? Y sí, hay que tributar por ellos desde el primer céntimo.
Hacienda regalos de boda
Esa es la realidad: Hacienda considera donaciones los regalos de boda y hay que pagar por ellos el tributo correspondiente, desde el primer hasta el último céntimo. El impuesto que hay que pagar, por ejemplo por un sobe con 200 €, es, en teoría, del mismo tipo que el que se paga por comprar una primera vivienda o un coche.
Para descanso de todos, sobre todo para los futuros esposos, Hacienda no tiene en su punto de mira los regalos de los enlaces. Parece que la costumbre puede más que la normativa tributaria, aunque esto podría cambiar en cualquier momento.
Lo que sí es muy importante es guardar todas las facturas que se hayan generado con todo lo relacionado con la boda, porque esto sí que puede ser requerido en cualquier momento. Debido al gran fraude que se produce a Hacienda con la organización de las bodas, los inspectores fiscales persiguen todo el dinero en B que pueda generar el sector nupcial. Las facturas a los proveedores hay que tenerlas a buen recaudo, desde las flores de los bancos, pasando por las copas de la barra libre y el alquiler del coche de los novios.
Será diferente si vuestros invitados os hacen regalos de mayor cuantía, como coches o casas. En estos casos es mucho más complicado pasarlo por alto. Cuando hablamos de este tipo de regalos, normalmente no solo tributa el beneficiario del obsequio, sino también el que lo regala, que está obligado a pagar por la plusvalía (aumento de valor) que se supone que se ha producido desde que se compra algo hasta que lo regala. Todo está mirado con lupa. Hacienda regalos de boda.
Siempre que no sean regalos de este tipo, podéis disfrutar de vuestros presentes tranquilos, nadie os reclamará por ellos. A no ser que seáis el manager de CR7, os hayáis casado, y vuestro cliente os regale una islita. En este caso, es muy probable y, de hecho, os podemos confirmar que, si se os olvida declararlo, vais a recibir una ‘sugerente’ llamada por parte de Hacienda.
Desde el punto de vista legal, el matrimonio puede considerarse un negocio del que Hacienda puede exigir su parte. Cada ingreso o regalo que se hace a los novios se debería tributar como «impuesto de sucesiones y donaciones». Este tributo está cedido a las comunidades autónomas y tiene multitud de especialidades que afectan, sobre todo, a las posibles bonificaciones o reducciones según la residencia legal de los novios. En Madrid, por ejemplo, «solo pagas un 1% de la cuota correspondiente al Impuesto que grava las herencias y las donaciones entre padres e hijos; también entre cónyuges y parejas de hecho», así lo explican en el Portal del Contribuyente de la Comunidad de Madrid. O sea, existe una bonificación del 99% para regalos pero, al tener que documentarlo en escritura pública, puede al final puede salirnos más caro.
Entonces, ¿tengo que declarar regalos de boda Hacienda?
Lo más importante es guardar los documentos que acrediten el pago de la boda que solo compete a los comercios o empresas. Los novios no tienen que cumplir esta exigencia, aunque hay que estar atentos a los pagos en efectivo y a sus limitaciones. Según la ley, cuando hay un empresario de por medio el pago en efectivo no puede superar los 2.500 euros. Si esta ley se incumple, la multa puede llegar el 25% de la cuantía abonada al empresario.
En resumen y en general, Hacienda no se centra en los regalos de los novios pero sí en los sectores nupciales y están muy al loro del llamado «dinero negro» por lo que si nos hacen un requerimiento, lo mejor es mostrarnos colaborativos. Ya se sabe: »Hacienda somos todos».
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