Hay un detalle que todas las novias tienen en común cuando se miran al espejo el gran día: los ojos.
Esa mirada que lo dice todo cuando caminas hacia el altar, cuando te ríes con tus amigas, cuando te emociona el “sí, quiero”. Y claro, todas queremos que nuestras pestañas estén a la altura del momento. Pero aquí llega la gran pregunta: ¿lifting o extensiones de pestañas?
Si estás en plena cuenta atrás y no sabes por cuál decidirte, sigue leyendo. Vamos a despejar todas tus dudas.
Lifting de pestañas: tu belleza, pero mejor
El lifting es como ese filtro perfecto que no se nota. No cambia quién eres, simplemente potencia lo que ya tienes. Este tratamiento eleva tus pestañas naturales desde la raíz, les da una curvatura bonita y las oscurece para un efecto “pestañas infinitas” sin necesidad de rímel.
El resultado: una mirada fresca, natural y luminosa. Ideal si eres de las que prefieren un look más discreto o si no te reconoces con demasiado maquillaje.
La ventaja más clara es la comodidad. Puedes ducharte, ir a la playa o llorar de emoción durante toda la ceremonia (porque sí, lo harás) sin preocuparte de que se despeguen ni de mancharte. Además, el mantenimiento es mínimo: un lifting dura entre seis y ocho semanas.
Lifting de pestañas: tu belleza, pero mejor
El lifting es como ese filtro perfecto que no se nota. No cambia quién eres, simplemente potencia lo que ya tienes. Este tratamiento eleva tus pestañas naturales desde la raíz, les da una curvatura bonita y las oscurece para un efecto “pestañas infinitas” sin necesidad de rímel.
El resultado: una mirada fresca, natural y luminosa. Ideal si eres de las que prefieren un look más discreto o si no te reconoces con demasiado maquillaje.
La ventaja más clara es la comodidad. Puedes ducharte, ir a la playa o llorar de emoción durante toda la ceremonia (porque sí, lo harás) sin preocuparte de que se despeguen ni de mancharte. Además, el mantenimiento es mínimo: un lifting dura entre seis y ocho semanas.
Perfecto para ti si:
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Eres una novia de estilo natural o bohemio.
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No sueles maquillarte demasiado.
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Quieres olvidarte del retoque constante.
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Te preocupa la salud de tus pestañas (el lifting no las daña).
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Un truco profesional: combina el lifting con un tinte de pestañas unos días antes de la boda para conseguir ese efecto de “rímel permanente” que queda precioso en las fotos.
Extensiones de pestañas: glamour sin esfuerzo
Si lo tuyo es el drama (del bueno) y quieres unas pestañas que hablen por sí solas, las extensiones son tu mejor aliada. Aquí no se trata de mejorar lo natural, sino de transformar la mirada. Puedes elegir el largo, el grosor y el tipo de curvatura según el efecto que busques: desde un acabado natural y delicado hasta unas pestañas de alfombra roja.
El mayor plus es el impacto visual inmediato. Despiertas lista para la sesión de fotos, para el cóctel y para la luna de miel sin tocar el rímel. ¿El contra? Requieren algo más de mantenimiento: cada dos o tres semanas hay que hacer un retoque para mantenerlas impecables.
Perfecto para ti si:
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Eres amante del maquillaje y los looks sofisticados.
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Quieres un efecto más intenso y fotogénico.
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No te importa dedicar un poquito de tiempo al mantenimiento.
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Te casas de noche o en un entorno más glamuroso.
Y sí, las extensiones resisten lágrimas, besos, bailes y hasta la humedad de los trópicos, siempre que sigas los cuidados básicos: evitar el agua las primeras 24 horas, no frotar los ojos y usar productos sin aceite.
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| Extensiones de Pestañas en Madrid (@lashesoriginal)
¿Y si no sabes por cuál decidirte?
Aquí va un secreto de las expertas en belleza nupcial: prueba antes del gran día. Hazte el lifting o las extensiones al menos un mes antes para ver cómo te sientes con el resultado. Así podrás ajustar la forma, la intensidad o incluso cambiar de técnica sin estrés.
También puedes combinar ambos mundos: algunas novias se hacen un lifting meses antes para fortalecer sus pestañas naturales y, justo antes de la boda, optan por extensiones ligeras para un toque extra de volumen. El resultado es espectacular.
Elijas lo que elijas, recuerda que tus pestañas no tienen que seguir una moda, sino reflejar quién eres. Si te sientes tú misma frente al espejo, si al mirarte piensas “así quiero que me vean”, entonces has acertado.
Porque más allá del maquillaje, de los tratamientos o de las tendencias, lo que realmente enamora es esa mirada sincera y feliz que no necesita filtros. Y ese brillo —el de la emoción, el de la ilusión— no hay extensión ni lifting que pueda igualar.
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Fuente Lucia Se Casa https://ift.tt/w9La4rn
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