Cuando el vestido de novia cuenta una historia, cada puntada se convierte en emoción. Y eso es exactamente lo que ha logrado Patricia Cadaval.
Imagínate casarte con el vestido con el que siempre soñaste… pero elevado al siguiente nivel. Así lo ha hecho Patricia Cadaval, la hija menor del carismático César Cadaval, uno de Los Morancos, que este sábado 24 de mayo ha dado el “sí, quiero” a Pablo Cacace Vaca en El Real de la Jara, Sevilla. Un escenario cargado de historia, naturaleza… y emociones.
Y como cada detalle cuenta, Patricia ha apostado por un diseño de los que te marcan. Una pieza única, hecha a medida, que respira elegancia, romanticismo y un gusto impecable. ¿La responsable de este vestido de ensueño? Ana García, fundadora de Cherubina, una de las firmas andaluzas más querida por las novias andaluzas.
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Un vestido que es arte
No es un vestido cualquiera. Y tampoco lo pretende. Patricia ha llevado una creación inspirada en la estética medieval, pero con una lectura actual y absolutamente delicada. Iba absolutamente deslumbrante, un vestido completamente hecho para ella. Resaltaba su belleza natural y, sin duda, lució un vestido que encajaba a la perfección con su estilo y su esencia.
Las mangas se presentan con dobles capas de chifón y tul de seda bordadas con muguet, la flor del lirio del valle que también protagoniza su ramo.
El vestido de Patricia tiene ese aire medieval con un toque moderno: cae con gracia, tiene una cola impresionante y estiliza sin recargar. Ideal para una novia que quiere algo diferente.
El ramo, un detalle con mucho significado
Patricia ha elegido muguet, también conocido como lirio del valle, una flor delicada que en Francia se regala cada 1 de mayo como símbolo de buena suerte y felicidad. Representa humildad, dulzura, nuevos comienzos… ¿Puede haber algo más perfecto para empezar una vida juntos?
Una celebración con sabor andaluz
Después de la ceremonia, los invitados se trasladaron a Navarredonda, la finca familiar. Allí, La Madrina Weddings se encargó de dar forma a una celebración de esencia andaluza, con música en directo, gastronomía local y mucha, mucha emoción. Entre los invitados, nombres como Fran Rivera y Lourdes Montes o José Manuel Soto.
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La complicidad más real
Más allá del vestido, las flores o el escenario andaluz, lo que realmente ha brillado en esta boda ha sido la conexión entre Patricia y Pablo. Se miraban como si el mundo desapareciera a su alrededor, compartiendo sonrisas, gestos espontáneos y esa alegría serena de quien sabe que está justo donde quiere estar. Su complicidad ha sido el hilo invisible que ha unido cada momento del día, haciendo que todo cobrara aún más sentido.
Un vestido que habla de ella, una boda que refleja su historia y un amor que lo envuelve todo. Patricia y Pablo no solo se han casado, han celebrado lo que son juntos.
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