Fue en las calles de Madrid donde nació esta bonita historia. Iris estudiaba en la capital, mientras que Alberto vivía allí. Se conocieron a través de un amigo en común, y un día Alberto confesó a Iris que desde el primer momento se había fijado en ella. Desde entonces, sus caminos no se han separado.
El 7 de septiembre de 2019 se daban el ‘sí, quiero’ en Marbella en una boda absolutamente exquisita.
Una boda llena de detalles en Marbella
- La novia
Iris optó por lucir dos diseños en su gran día. El primero de ellos fue diseñado exclusivamente para ella por Beatriz Álvaro. Fue una creación imponente que defendió desde la ceremonia hasta el comienzo de la fiesta. Un vestido ceñido al cuerpo con escote barco, espalda espectacular con escote en V hasta la cintura y una amplia cola. Los bordados y los apliques sobre los hombros, que se prolongaban hasta la cintura recorriendo el escote trasero, y las aperturas en las mangas, fueron detalles muy especiales. A juego, un precioso velo que también confeccionó Beatriz Álvaro, bordado a mano, una auténtica joya.
Para el segundo vestido, Iris escogió un modelo más cañero de la firma Rosa Clará con el que triunfó en la fiesta.
– Los complementos
Iris lució una fabulosa corona con apliques de flores en tonos verde claro y nude. Para la fiesta optó por un tocado. Ambos pertenecían a la marca Ropero de Pi.
– Las joyas
Las únicas joyas que llevó Iris en el día B fueron el anillo de pedida y unos pendientes antiguos de diamantes con zafiro azul de su abuela, fue su ‘algo prestado’.
– Los zapatos
Para su primer vestido, el que vistió la mayor parte del tiempo, la novia escogió unos salones en color azul de Manolo Blahnik. Los zapatos de color para novias son una súper tendencia en este 2020.
En su segundo outfit, Iris cambió los tacones por unas sandalias de Jimmy Choo.
– Las flores
Tanto las flores que decoraron la finca como las del ramo de la novia fueron de Pedro Navarro. Se dio prioridad absoluta al blanco sobre verde con algunas notas azules, a juego con los Manolo Blahnik, y nude.
– El maquillaje y el peinado
Iris se decantó por un maquillaje muy natural y duradero en el que destacaban sus ojos con la ayuda del eyeliner y una sutil máscara de pestañas. Yolanda González, del equipo Bobbi Brown, fue la profesional en quien Iris confió.
Para el peinado, la peluquería madrileña Mugars diseñó una maravillosa creación: una trenza ancha en la que se deslizaban apliques de flores, los mismos que los de su corona.
- El novio
Alberto lució un chaqué hecho a medida en la Sastrería Fernández Prats. Lo acompañó con unos gemelos de Cartier que le regalaron sus padres y unos zapatos de Carmina.
- La madrina y la madre de la novia
La madre de Alberto iba vestida también por Beatriz Álvaro. La abuela de la novia, también madrina, y su madre, llevaban unos vestidos hechos a medida por una amiga de la familia. Una modista fabulosa.
- La ceremonia y la celebración
La ceremonia religiosa se celebró en la Iglesia de la Encarnación, en Marbella.
Desde allí, los novios facilitaron a sus invitados el desplazamiento en autobuses hasta la finca Huerta del Conde, en Málaga, que fue el lugar que eligieron para ofrecer el banquete y la fiesta posterior.
Del catering se encargó Eventos Dani Garcia, que deleitó a todos con unos deliciosos platos del chef con tres Estrellas Michelín.
Por su parte, la tarta fue una obra de Marta Pino.
- Invitaciones y regalos de las invitadas
Gema Martínez, de Escritas a Mano, se encargó de elaborar las invitaciones. Utilizó un papel artesanal precioso y las ilustró con una acuarela realizada a mano e inspirada en la finca donde tuvo lugar la boda.
Respecto al regalo de los invitados, los novios tenían claro que querían obsequiar a sus familiares y amigos con algo práctico que pudieran utilizar ese mismo día y algo que pudiera serles útil también en sus casas. Por eso, primero pusieron abanicos en la iglesia para que todos pudieran soportar mejor el calor y, más tarde, después de la cena, repartieron botellas de aceite de oliva virgen extra prensado de primera, obtenido de los olivos de una de las damas de honor de Iris.
Por último, durante la fiesta, repartieron algunas alpargatas entre las invitadas para que ninguna de ellas tuviera que dejar de bailar por culpa de los tacones.
- El momento más emotivo
El episodio más emotivo de la boda de Alberto e Iris se produjo durante la cena. Todo se había organizado al aire libre y, de repente, comenzó a chispear. Alberto e Iris empezaron a preocuparse porque no tenían previsto ningún plan b. ‘¿Quién podía imaginar aquello, en Málaga y a principios de septiembre?’, recuerda la novia. Contra todo pronóstico, los invitados comenzaron a cantar para animar a los novios y hacer de aquel momento un recuerdo muy divertido. Finalmente las nubes se fueron y quedó una noche fantástica, por lo que todo quedó en una simple anécdota. Tan solo fue un susto que duró unos minutos dignos de recordar.
- Wedding Planner
Arteboda ayudó a los novios con la organización de todo el enlace. Coordinó a los proveedores, se encargó de la decoración y permitió a Iris y a Alberto que, en su día, su única misión fuera divertirse al lado de sus allegados.
- Fotógrafo
Bárbara Serrano fue la profesional que se encargó de inmortalizar los mejores momentos del día B.
- Luna de miel
La agencia de viajes Mundo Expedición organizó la luna de miel, un combinado fabuloso. Primero recorrieron Japón y luego se relajaron en Bora Bora. Como a la vuelta tenían que hacer escala en Los Ángeles, también disfrutaron allí un par de días.
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