En verano, el cabello experimenta un mayor daño del que suele sufrir en otras épocas del año. Esto se debe a la exposición a diversos elementos perjudiciales como el cloro, el salitre y, especialmente, la intensa radiación solar.
Estos factores pueden ocasionar daños como quemaduras en el cabello y cambios en su textura, volviéndolo más frágil y deshidratado, y provocando la pérdida de color natural. Además, estas condiciones favorecen el estrés oxidativo, lo que acelera el proceso de envejecimiento del cabello.
Adicionalmente, las tensiones relacionadas con los viajes o la planificación de las vacaciones pueden llevar a una condición conocida como alopecia nerviosa, en la cual el estrés elevado provoca la caída del cabello. Esto se debe a que las glándulas suprarrenales incrementan la producción de cortisol, una hormona que, en niveles altos, afecta negativamente al sistema inmunitario y aumenta la inflamación, especialmente en los folículos pilosos, lo que interfiere con el ciclo de crecimiento del cabello.
Durante esta época del año, el pelo tiende a debilitarse y es crucial prestar una atención especial a los cuidados necesarios para mantenerlo saludable y resistente. Natalia Guinot, farmacéutica y responsable científica de DS Laboratories®, nos explica las causas del deterioro y nos ofrece algunas recomendaciones para contrarrestarlo.
¿Por qué sufren más en verano el cabello y el cuero cabelludo?
Existen varias causas que pueden contribuir a los daños en el cuero cabelludo y en el cabello y la caída de este último. Estas son las más comunes:
Exposición al sol: la radiación ultravioleta puede dañar los folículos capilares, debilitando el cabello y provocando su caída.
el calor intenso y la transpiración excesiva pueden deshidratar el cuero cabelludo, lo que afecta negativamente la salud del cabello y puede llevar a su pérdida.
Agua de mar: el agua salada de mar contiene altas concentraciones de sal y minerales, lo que puede desequilibrar el cuero cabelludo y debilitar el cabello.
Cloro de las piscinas: el cloro utilizado para desinfectar las piscinas puede dañar la estructura capilar y hacer que el cabello se vuelva frágil y propenso a la caída.
Estrés térmico: el calor extremo durante el verano puede someter al cabello a estrés térmico, debilitándolo y causando su caída.
Cambios en la alimentación: durante las vacaciones de verano es común que se modifique la dieta, consumiendo alimentos menos saludables o desequilibrados. Esto puede afectar la salud del cabello y contribuir a su caída.
Tips para evitar que el cabello y el cuero cabelludo sufran en verano
Podemos conseguirlo:
Protegiendo la cabeza y el cabello del sol. Para ello, es clave utilizar gorras, pañuelos, turbantes o gorros, que pueden servirnos de aliados de cara a evitar que se estropee el cabello o que se queme el cuero cabelludo.
Evitando los productos de belleza para el pelo cuando se vaya a exponer al sol, a no ser que sean específicos para protegerlo. La laca, la espuma o la gomina tienen compuestos, como por ejemplo el alcohol, que pueden crear una reacción química con el sol que afecte al cuero cabelludo, causando irritaciones.
Aclarando el pelo tras los baños en piscinas o playas para retirar el cloro y el salitre, ya que lo resecan y lo parten.
Utilizando productos de lavado y acondicionador específicos que ayuden a nutrirlo con activos como el aceite de ricino, que tiene acción regenerante e hidratante gracias a su alto contenido en ácidos grasos esenciales. Además, contiene ácido ricinoleico, un ingrediente rico en omega 9 y también incluye un alto contenido en vitamina E (antioxidante natural). Su acción previene el envejecimiento celular, estimula la regeneración capilar al fortalecer y aumentar el grosor de los folículos pilosos, repara puntas abiertas y aporta brillo al cabello.
Recurriendo a la nutricosmética, una tendencia en auge porque funciona. Si completamos el tratamiento tópico con nutricomética específica y con los activos clave, conseguiremos que el folículo piloso se fortalezca y notaremos que se reduce la caída y el cabello estará mucho más sano.
Modificar hábitos en el estilo de vida para mantener la salud capilar
Además de llevar una rutina cosmética y nutricosmética adaptada a las necesidades de esta época del año, para mantener la salud del cabello es muy importante llevar una dieta rica en vitaminas y aceites vegetales presentes en las verduras, las legumbres y las frutas, un tema a veces difícil de controlar en esta época del año debido al cambio de hábitos: incremento de salidas, ingesta de bebidas azucaradas, helados etc. La clave es compensar y no abusar de azúcares y productos procesados.
También es muy recomendable evitar el estrés, la contaminación y los hábitos de vida no saludables (tabaco, alcohol…), ya que impiden un transporte de oxígeno al bulbo piloso y esto hace que disminuya la microcirculación del cuero cabelludo.
Rutina capilar óptima para cuidar el cabello en verano
Para cuidar el cabello durante el verano es recomendable seguir una rutina capilar específica que ayude a protegerlo y mantenerlo saludable:
Hidratación. El calor y el sol pueden deshidratar el cabello, por lo que es importante mantenerlo hidratado. Utiliza acondicionadores y mascarillas hidratantes ricos en ingredientes como la queratina, el aloe barbadensis y el aceite de ricino, como Radia® Acondicionador (205 ml/18,95 €). Aplica el producto tras cada lavado para nutrir y suavizar el cabello.
Limpieza suave: lava tu cabello con un tratamiento adecuado para tu tipo de cabello. Evita los champús agresivos que pueden eliminar los aceites naturales del cuero cabelludo. Lava el cabello con agua tibia para evitar la sobreproducción de sebo. Radia® Champú (205 ml/19,95 €), al igual que el acondicionador homónimo, es un producto para cuero cabelludo seco, sensible o irritado, que protege el cabello de los rayos UVB y la contaminación ambiental. Los activos clave de ambos productos son la Polisilicona-15, que absorbe la radiación de los rayos UVB; el Complejo de Keratina, que provee fuerza al cabello, evitando que se rompa y protegiéndolo de factores ambientales como el calor y los rayos UV, además de tener un excelente efecto anti frizz; el Aloe Barbadensis, que fortalece y engrosa el cabello y evita su adelgazamiento y posee propiedades humectantes; el Aceite de ricino, con acción regenerante e hidratante y rico en omega 9 y vitamina E, y el Ácido oleanólico, que hidrata los folículos pilosos y favorece el crecimiento del cabello en todas sus fases.
Protege el cabello al nadar: antes de nadar en el mar o la piscina, humedece el cabello con agua limpia (una buena ducha es ideal). Esto ayudará a reducir la absorción de agua salada o clorada. Después de nadar, enjuaga bien el cabello con agua dulce para eliminar cualquier residuo de cloro o sal.
Acompaña tu rutina con activos claves, como los presentes en el nutracéutico REVITA.SOD®, de de DS Laboratories® (30 comprimidos: 33,95 €), que contrarresta los efectos del estrés y el daño oxidativo. Los principales son el Superóxido Dismutasa, antioxidante que protege los folículos contra el estrés celular, los radicales libres y los factores ambientales; la Biotina, que ayuda a fortalecer el cabello, combatir la sequedad, el resquebrajamiento y la pérdida de cabello, y el Zinc, fundamental en la creación de colágeno, que ayuda a reequilibrar los aceites grasos en el cuero cabelludo.
Por último, y muy importante, cada tipo de cabello es único, por lo que es clave adaptar esta rutina a tus necesidades específicas y consultar con un profesional capilar si se experimentan problemas severos de caída o daños graves en el cabello o en el cuero cabelludo durante el verano.
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