Cristina y Camilo se conocieron en Madrid el 30 de Octubre de 2014. “Nos presentó una íntima amiga de Camilo a la yo había conocido en la universidad y nos habíamos hecho muy amigas. Contamos ese día como el de nuestro aniversario”.
Al año siguiente de conocerse, la pareja se mudó a Guayaquil (Ecuador), ciudad natal de Camilo, donde residieron más de un año antes de regresar a España. “Después de casi 9 años de aventuras, Camilo me pidió matrimonio en un viaje a México. Fue en Punta Allen, una playa preciosa cerca de Tulum, viendo un amanecer”. Celebraron su boda el 23 de Junio de 2023 en Madrid, donde residen en la actualidad.
El vestido de novia y los complementos
Cristina lució un diseño a medida del modelo Paula del atelier de Lorena Formoso. “Vi con mi madre este modelo en Instagram mucho antes de saber que me casaría”, explica la novia.
“Siempre tuve claro que me casaría con cuello halter y cuando lo vi lo tuve claro. Lo volvería a elegir mil veces. El maxi lazo de organza colocado en el pelo a modo de velo fue un toque que me hizo sentirme super yo, porque me encantan los lazos”, añade Cristina.
“Hubo algo que me pareció precioso. En el atelier de Lorena Formoso cosen a todos los vestidos un lacito azul por dentro, me di cuenta cuando me estaba vistiendo en la finca y me pareció un detallazo. ¡Que no falte el algo azul!”
Lo acompañó con zapatos blancos de ‘& Other Stories’. “Debían ser bajitos, porque quería ir cómoda y, además, tener ese toque ‘lady’ que tenía mi vestido. Fueron un flechazo”.
Respecto a las joyas, Cristina llevó varias piezas muy especiales: “Mi anillo de pedida, que diseñó Camilo junto a la diseñadora de joyas Joana Aguado. Es una sortija en oro amarillo con diamantes con una esmeralda en talla esmeralda. También llevé unos pendientes de Chocrón Joyeros de mi tía Susana, un regalo que le hizo mi tío. Fueron mi algo prestado”.
“Nuestras alianzas, también de Chocrón, fueron un regalo de mi tío de Ceuta, de donde es toda mi familia materna”.
Por último, Cristina llevó un ramo de paniculata natural: “Me lo hicieron mi madre y mi tío la misma mañana de la boda”.
El maquillaje y el peinado
“Nunca me ha gustado mucho el maquillaje y no quería ir disfrazada, así que me maquillé yo misma”, explica la novia. “Lo que sí hice es preparar la piel días antes en mi peluquería de siempre. Y me peiné esa misma mañana en una peluquería cerca de mi casa”.
El novia, la madrina y la madre de la novia
“Camilo llevó un traje a medida de tres piezas de Old Jeffrey y una corbata de chiles que le regalé el año pasado y que tiene un gran valor sentimental para nosotros”.
“Mi madre llevó un vestido de THE-ARE en color amarillo ocre y una flor de organza del mismo color hecha por ella. Tanto los pendientes como el anillo eran de mi abuela”, explica Cristina.
La madre de Camilo, por su parte, lució un traje de seda azul real.
Invitada más elegante
“Iban todas espectaculares, pero me gustaría mencionar a mi amiga Leyre, que llevó un vestido de dos piezas de punto de Scalpers conjuntado con sandalias de Massimo Dutti. Un look muy sencillo y muy original que me encantó”.
Ceremonia y celebración
“La ceremonia se celebró en la misma finca que elegimos para el banquete, Finca Casa de Oficios“.
“Nos dimos el ‘Sí, quiero’, en una cava mágica, llena de luces, y el mejor amigo de Camilo ofició la ceremonia”, explica Cristina.
“En la fecha que elegimos para nuestra boda la lavanda está en flor, y esto es lo primero que ves cuando llegas a Casa de Oficios”.
“Del catering se encargó El Laurel. Tienen un gusto exquisito, son súper detallistas y atentos y la comida estaba espectacular. No tengo palabras para agradecer su buen hacer”, asegura la novia.
Los novios eligieron un menú consistente en Burrata con crema de cereza y helado de albahaca, Solomillo de ternera con salsa de pimienta, patatas a la crema y crujiente de yema y tarta árabe. “Es la tarta favorita de mi madre y siempre le regalamos una por el día de la madre, así que le hizo mucha ilusión”.
“El cóctel se sirvió en el jardín y contratamos para acompañarlo a una banda, Margó, que no pudo ser más divertida”.
“Pusimos un puesto de vermouth, patatas fritas y boquerones en vinagre. Muy original y muy madrileño. ¡Fue un exitazo!”
La cena también se sirvió en el jardín con mesas largas, “De toda la iluminación se encargaron Luces de cuento, que también hicieron un trabajo espectacular”, explica Cristina.
La fiesta continuó en el interior de la finca hasta la madrugada gracias a los chicos de High Volume.
Las invitaciones y el regalo de los invitados
“Toda la papelería la hice yo, que soy pintora”, explica Cristina. “Los regalos de los invitados fueron unas acuarelas dibujadas a mano por mí de distintos lugares de Ecuador, país natal de mi marido y testigo de parte de nuestra historia”.
El momento más emotivo
“Hubo muchos. Los discursos de la ceremonia fueron muy emocionantes, especialmente para mí lo fue el discurso de mi padre, con quien tengo un vínculo muy especial”.
“Otro momento emotivo se produjo cuando entregamos los ramos. Uno de ellos se lo dimos a Leyre y Mario. Ella es una de mis mejores amigas desde pequeñas y su novio Mario es uno de los mejores amigos de Camilo. Los presentamos nosotros al poquito de conocernos”.
Fotógrafo y Wedding Planners
“Calma Weddings fueron nuestros fotógrafos en la boda. Su profesionalidad y amabilidad nos hicieron sentirnos super cómodos en todo momento”.
“Respecto al servicio de Wedding Planner, no fue necesario contratar uno. Contamos con la ayuda de Lola, de El Laurel Catering, y con Íñigo, de su equipo, que se encargaron de que todo saliese perfecto.”
“¡Son encantadores y súper profesionales! Todo salió de 10”.
Luna de miel
El viaje de novios está aún por disfrutar. “Nos vamos en Septiembre a Bali, a las islas Nusa y a las islas Gili”.
¡Que seáis muy felices, pareja!
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Fuente Lucia Se Casa https://ift.tt/K23DL54
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