La ruptura de Rosalía y Rauw Alejandro y otras historias de amor truncadas como la de Shakira y Piqué nos llevan a plantearnos cuándo una relación rota se merece una segunda oportunidad. ¿En qué casos puede tener cabida una reconciliación?
Hay una expresión popular que dice que Segundas partes nunca fueron buenas. Sin embargo, nuestro lado más romántico se resiste a pensar que todas las relaciones deben concluir después de un desencuentro. Y es que este puede ser más o menos desafortunado dependiendo de los factores desencadenantes, y de ello dependerá si es factible una segunda oportunidad. Analizamos en qué casos debes dar una segunda oportunidad a tu pareja y cuando no se la merece bajo ningún concepto.
Se merece una segunda oportunidad
Dicen que el fracaso es la oportunidad de comenzar otra vez, con más inteligencia. En estos casos tal vez debas considerar la posibilidad de retomar lo que diste por concluido:
– Cuando las aguas se calman y te das cuenta de que no fue para tanto. Es decir, te das cuenta de que te enfadaste muchísimo por algo que sucedió, pero que las consecuencias fueron excesivas. Analiza con calma y en frío la causa que ha precipitado el desenlace y valora si existe un equilibrio entre ambas cosas.
– Cuando el orgullo te ha llevado a tomar una decisión precipitada. Todos nos equivocamos y quienes están a nuestro lado pueden ayudarnos a hacernos cargo del error. Sin embargo, reconocer que hemos actuado mal, que no estábamos en lo cierto, pueden herir nuestro orgullo, hacernos sentir que no contamos con el apoyo inquebrantable del encargado de quitarnos la máscara… Y hacernos tomar decisiones equivocadas. Si le dejaste por orgullo, tal vez merezca que aceptes que te equivocaste.
– Cuando el tiempo y la distancia han hecho su labor y descubres que tu ex ha cambiado: ha madurado, ha evolucionado, ha dejado atrás aspectos que no te gustaban de él.
– Cuando reconoce su error y este es un caso aislado. Si es la primera vez que comete el error que os ha llevado a la ruptura y puede considerarse un caso excepcional. Si reconoce que se ha equivocado y promete que nunca va a repetirlo, y efectivamente cambia su actitud de manera radical.
Si el tuyo es alguno de estos casos, reflexiona antes de correr a los brazos de tu ex. Valora las expectativas que tienes de la nueva etapa que podrías reiniciar y las posibilidades reales de que estas se cumplan. Analiza si tu ex está dispuesto a poner de su parte para conseguirlo. Valora también si han sanado tus heridas, si tienes necesidades nuevas respecto a la etapa anterior y si crees que puedes satisfacerlas. Hacer un trabajo de reflexión en equipo os ayudará a empezar de nuevo y a llegar a buen puerto.
No se merece una segunda oportunidad
– Cuando es reincidente. Si te ha repetido por activa y por pasiva que no va a volver a cometer el mismo error pero sigue haciéndolo, es el momento de pasar página.
– Si habéis roto varias veces antes y no es la segunda, sino la enésima oportunidad. Quizá sea el momento de decir “¡Hasta aquí!” de una vez por todas. Así no se puede vivir.
– Cuando el amor se ha acabado. Si un día te levantaste y descubriste que no sentías nada por tu pareja, no tiene sentido volver con él. No se puede reconquistar lo que se ha acabado.
– Cuando descubres que no es quien creías que era. Le has idealizado, durante la etapa de enamoramiento has pasado por alto sus defectos y ahora no los soportas. No es la persona que creías que era y sois absolutamente dispares, con diferencias irreconciliables.
– Cuando vuestros intereses y objetivos vitales van por caminos diferentes e irreconciliables, lo mejor es dejar pasar el tren.
– Cuando las discusiones permanentes hacían insoportable la convivencia. Si la relación era un sinvivir de discusiones y gritos permanentes, no renuncies a la paz.
– Cuando la ruptura te ha devuelto a la calma y te ha permitido ser tu misma de nuevo. Esa es la prueba más clara de que no merece una segunda oportunidad.
– Si el miedo a estar sola te hace replantearte volver con él. Esa no es razón suficiente para dar una segunda oportunidad a quien no se lo merece. Busca ayuda profesional para pasar página.
– Si el miedo al fracaso emocional te impide no volver a intentarlo. Siéntate contigo misma y analiza la situación. A veces un paso atrás es el mayor salto hacia adelante y una retirada a tiempo puede ser una victoria.
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