Débora y Ernesto se conocieron cuando eran niños. La vida los separó durante un tiempo para, años después, volverlos a unir. Desde entonces no se han vuelto a separar.
Sus abuelas tienen una casa en el campo, en una urbanización llamada Casalonga, situada en Cuenca. Nuestros protagonistas se conocieron cuando eran unos niños, ambos salían juntos, en la misma pandilla. Cuando crecieron perdieron el contacto y cada uno hizo su vida por separado. En 2017 el destino los volvió a unir y, a partir de ese momento, no se volvieron a separar. Su boda informal la celebraron el 2 de septiembre de 2022 y así se llevó a cabo.
Débora y Ernesto: los novios
- El vestido de novia
Débora compró su vestido de novia en El Tocador Vintage, una pequeña boutique situada en el barrio madrileño de Malasaña. Un vestido fluido, con mucho movimiento, de manga corta y un escote en V de encaje y bordados que favorecía mucho la figura de la novia.
- Los zapatos
Los zapatos fueron realizados a medida en la tienda Calzados Austria, situada en Alcalá de Henares. Débora quería que todos sus complementos llevaran un tono burdeos, por lo que los zapatos fueron diseñados en este tono. Lazo de raso blanco para cerrarlo y tacón multicolor con motivos florales.
Durante la fiesta Débora optó por un calzado mucho más cómodo y cambió sus tacones por unas Converse.
- Complementos
El tocado se lo encargó nuestra novia a una chica que tiene una cuenta de Instagram, llamada Tocados Ladybug. ¿Y la gargantilla? En lugar de llevar joyas, Débora apostó por el ‘Do it yourself’. Lució un especie de collar de encaje que cosió su suegra con una cinta que eligieron previamente en una tienda. El objetivo de Débora era darle un aire más hippie y desenfadado al look nupcial.
- Las joyas
Los anillos son de oro blanco y se adquirieron en la joyería Oro Vivo. En su interior tienen grabados los nombres y la fecha de la boda junto al símbolo del infinito.
- Las flores
El ramo de la novia era de flores preservadas en tonos burdeos, muy a juego con su tocado. Lo diseñaron en una pequeña floristería situada en el barrio de la Almudena.
- Maquillaje y peinado
Cristina Poza Peinado fue la encargada de maquillar y peinar a Débora. La novia quería algo natural para no verse “disfrzada” en su gran día, por lo que dejó su pelo suelto y rizado, tal como lo lleva normalmente. Cristina marcó aún más sus rizos y le colocó el aplique de flores que le diseñaron.
En cuanto al maquillaje, Débora no está acostumbrada a maquillarse mucho, así que escogió algo muy sencillo y natural. Simplemente marcaron sus labios en burdeos a juego con los complementos y las uñas.
- El novio
El novio optó por alquilar un moderno traje en M3Chaqué, una tienda de trajes situada en el barrio de Las Ventas. Eligió un traje burdeos, ya que se imaginaba que la novia llevaría los complementos en este tono. Y no se equivocó. Destaca su chaleco en color rojo.
- La madrina y la madre de la novia
La madre del novio, María, optó por un mono con motivos florales y un chaleco de macramé a juego con su gargantilla.
La madre de la novia lució un vestido azul eléctrico de media manga y detalles que simulaban plumas. Ambas de estilos muy diferentes.
Ceremonia y celebración
Tanto la ceremonia, como la celebración se llevaron a cabo en la Finca Buenos Aires, del grupo Inbodas.
Estos profesionales llevan ya más de 14 años dedicados a la organización de bodas y esto les generó mucha confianza a los novios. Además, cuentan con un equipo de asesores que te arropan durante todo el proceso de planificación.
Otra de las cosas que les gustó a los novios fue que tienen cocina propia en todas sus fincas y eso se nota y mucho porque la comida se sirve siempre en el punto justo. Todos los invitados quedaron fascinados con los platos.
El menú que sirvieron en la boda de Débora y Ernesto fuer el siguiente:
- Timbal de frutas tropicales con langostinos.
- Solomillo de ternera a la parrilla con milhojas de patata y espárragos trigueros o turbante de lubina relleno de estofado de setas y trigueros sobre culis de tomate y jugo de gambas.
- Y de postre, milhoja.
Se nos hace la boda agua con solo leerlo.
Para el candy-bar nuestros novios contaron con la ayuda de dos amigas de la novia, Patricia y Cristina.
- Las invitaciones y el regalo de las invitadas
Débora y Ernesto querían hacer algo diferente y personal. La invitación que mandaron a todos los invitados fue un video de menos de un minuto en el que aparecían unos muñecos como si fueran ellos contando su historia de amor. El diseñador de esta ingeniosa invitación es un amigo de los novios. En cuanto a los regalos de las invitadas, optaron por una cerveza para los hombres y mermelada para las mujeres. Los proveedores fueron Cervezas Avanzadilla y Mermeladas Atalaya.
- El momento más emotivo
La ceremonia, especialmente la lectura de los votos y las lecturas de familiares.
- Invitada o invitadas más elegantes
Rebeca, la hermana de la novia, embarazada de 6 meses, llevaba un color buganvilla que quedaba ideal con su tripita.
- Fotógrafo
El encargado de captar los mejores momentos del gran día fue Pedro y su compañero, de fotografía Lucolor.
- Luna de miel
El viaje de nuestros protagonistas fueron 12 días en Kenia y Tanzania. En Kenia, Débora y Ernesto hicieron un safari por sus parques naturales. Un viaje de ensueño en el que montaron en globo, vieron todo tipo de animales salvajes, disfrutaron de unos preciosos paisajes y degustaron la comida típica del país.
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