“Justo en el momento en el que intentas recordar cómo comenzó todo, descubres que todo empezó mucho antes de lo que pensabas”. Así podría empezar esta historia maravillosa.
La historia de amor entre Sara y Pablo no tiene un principio exacto. Tal vez en su infancia, cuando tenían 8 o 9 años, se vieron por primera vez. Pero claro, a esas edades ninguno de los dos podía saber lo que el destino les tenía preparado.
Sara se hizo amiga de la hermana de Pablo y fue en la boda de ella, en verano de 2017, cuando ambos se dieron cuenta de que algo muy especial pasaría entre ellos. En diciembre de ese mismo año, se volvieron a reencontrar y, desde ese día, han caminado y soñado juntos.
Lo que Sara no sabía es que, dos años más tarde, el 14 de junio de 2019, haría un viaje sorpresa organizado por Pablo. Viajaron hasta Granada donde un manto de estrellas y la Alhambra fueron el escenario perfecto para que Pablo le propusiera matrimonio. “Y yo, entre risas y lágrimas de emoción dije sí. Sí a toda una vida juntos”, confiesa nuestra novia.
Un sueño hecho realidad en forma de vestido
Sara confió en la profesionalidad de Beatriz Álvaro para crear el vestido de su gran día. La diseñadora dio forma a un precioso vestido de líneas puras en el que los bordados eran los grandes protagonistas. En la terminación de la manga francesa, se dibujaban estos bordados en consonancia con el que se ceñía a la cintura de Sara.
Pero, sin ninguna duda, el plato fuerte se escondía bajo el largo velo de la novia: un precioso escote en la espalda en forma de “V” adornado con los mismos detalles que el resto del vestido.
“La experiencia fue inolvidable”, cuenta Sara. “Sabía que cada día que iba a las pruebas iba a descifrar lo que sería el resultado final. Salía de allí llena de energía y después de haber disfrutado algo que es para recordar siempre. El día de la boda se pasa rápido, pero en las pruebas puedes disfrutar de la creación de tu vestido”.
Para su gran día, Sara optó por lucir el complemento más tradicional: el velo. Sin embargo, nuestra novia quiso poner su propio broche de oro a su look y lo hizo después de la ceremonia, cuando cambió el velo por una preciosa capa de terciopelo rosa con cola que actuó como el elemento estrella y diferenciador convirtiendo a Sara en lo que un nombre significa, una auténtica princesa.
- Las flores
Karmen Arreglos Florales se encargó de la decoración floral en la que predominaban los tonos azules y rosas.
- Las joyas
Las alhajas de nuestra novia tenían un fuerte valor sentimental para ella ya que Sara dio el “sí, quiero” con los mismos pendientes que su abuelo le había regalado a su abuela cuando eran novios. En su dedo anular, el anillo de compromiso de Suárez que Pablo le había regalado y que después fue reemplazado por su alianza, de la misma firma.
- Los zapatos
El secreto mejor guardado de esta novia no fue el vestido, fueron los zapatos. El entorno de Sara conoce muy bien su pasión por estos complementos por lo que la novia quería sorprender en su gran día. Y lo hizo con unos zapatos diseñados y personalizados por JustENEShoes, a juego con la capa y el chaleco del novio.
- Maquillaje y peluquería
Beatriz Molinero, de la agencia Oui Novias, fue la encargada de crear el make up de Sara. Sombras y mejillas rosadas adornadas con eyeliner y un labial más intenso pusieron la guinda final a un look impecable.
En cuanto al peinado, Sara otorgó todo el protagonismo a su escote trasero a través de una trenza de espiga con uniones adornada por su maravillosa semicorona de la firma Marucca, un diseño muy especial que le regalaron por su 35 cumpleaños.
La etiqueta máxima para el día más importante
Por su parte, Pablo lució un traje de chaqué en color azul marino. Bajo su chaqueta, se dejaba entrever un chaleco de cuadros rosas y blancos que hacían juego con la capa de la novia. El detalle final del outfit del novio fue una corbata con estampado en color azul marino y blanco.
Lugar de la ceremonia
Cuando Pablo y Sara comenzaron a preparar su “sí, quiero”, las dificultades eran mucho menos adversas. Sin embargo, la pandemia cambió todo sin precedentes algo que, lejos de distanciar a esta pareja, la unió más. Por eso, el 7 de noviembre de 2020, nuestros novios sellaron su amor en la concatedral de Santa María, Cáceres.
Lugar de la celebración
La noche anterior al gran día, los novios recibieron a sus invitados en el jardín del Palacio de los Golfines. Después de la ceremonia, se trasladaron al Castillo de la Arguijuela de Abajo. “Pese a las dificultades del momento, seguimos adelante con nuestra boda tal y cómo lo habíamos planteado e incorporando, por supuesto, las medidas sanitarias obligatorias y recomendadas.
«No solo contamos con el apoyo de nuestra familia y amigos, también con el apoyo de nuestros proveedores, grandes profesionales que además vivieron con mucha incertidumbre a la vez que ilusión los días previos a la gran fecha”, nos cuenta Sara.
Las invitadas más elegantes
Las madres lucieron impecables. Además, la madre de la novia también confió en Beatriz Álvaro para diseñar su traje por lo que, madre e hija, pudieron disfrutar de todo el proceso juntas. La hermana de Pablo y las amigas de Sara también marcaron la diferencia con sus estilismos que completaron con el complemento estrella del momento: las mascarillas. De colores, estampados, lentejuelas… pero siempre aportando ese toque de alegría y derrochando distinción.
El momento más emotivo
“Ha sido una boda celebrada en la pandemia. Eso ha hecho que a diferencia del resto de las bodas todo sea emotivo. No llegas solo al día que celebras tu boda, llegas a la meta de un camino que ha estado lleno de obstáculos y con los que de verdad te han apoyado a pesar de las dificultades. Pero al final miras atrás y solo tienes satisfacción, aunque hayas pasado momentos de incertidumbre o desánimo”, sentencia nuestra novia.
Fotógrafo
Tomás Avis, fotógrafo y amigo de la pareja, tomó un papel fundamental. Les guio y tranquilizó en todo momento. “Gracias a él, ahora tenemos el mejor regalo, el recuerdo de nuestra boda en imágenes”, explica Sara.
Luna de miel
Lanzarote fue el destino por Sara y Pablo para realizar su primer viaje como marido y mujer. Se alojaron en el fantástico hotel Meliá, obra de Fernando Higueras en colaboración con César Manrique y contando en todo momento con su agencia de viajes Mucho Más Novios. Sin embargo, este viaje lo consideran su “preluna de miel”. Será este año, si las circunstancias lo permiten, cuando tenga su lugar su auténtica luna de miel.
Pablo y Sara apostaron por su amor y por celebrar la boda de sus sueños respetando todas las medidas de seguridad. ¡Solo nos queda desearles que sigan celebrando su amor cada día!
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