Aunque los problemas sexuales están muy generalizados y afectan a muchos hombres, sigue siendo tabú hablar sobre ellos, lo que afecta a la salud sexual de la pareja y a la convivencia. Por eso es fundamental hablar abiertamente sobre el trastorno que os afecta. Solo así podréis buscar una solución.
La existencia de una buena comunicación es una de las claves de la relación de pareja. Es la base de la confianza sobre la que se construye prácticamente todo. Y su importancia es aún mayor en el terreno sexual. Sincerarse sobre lo que le gusta a uno y aprender para saber lo que más placer le da al otro es el mejor vehículo para que ambos lleguen al clímax. También es fundamental hablar y llegar a un acuerdo sobre cuánto sexo es necesario para ambos miembros de la pareja.
Sin embargo, este nexo de unión tiene que fructificar en las duras y en las maduras. En las relaciones estables, los problemas sexuales (disfunción eréctil, eyaculación precoz, falta de deseo, imposibilidad de llegar al orgasmo…) deben tratarse con la pareja para encontrar soluciones juntos. Es el primer paso para recobrar la normalidad.
La importancia de hablar de los problemas sexuales
Un trastorno sexual puede afectar a la vida personal, profesional e incluso social de ambos miembros de la pareja. Por eso, cuando el sexo se practica con una pareja estable, hay que hablarlo con la otra persona para liberar las tensiones y afrontar juntos el problema. Y también en el caso de las relaciones esporádicas, aunque la confianza sea menor, es recomendable compartir las preocupaciones. Afrontar la cuestión es la única forma de no sentirse fracasados. Ocultarlo no hace más que alimentar el trastorno y se entra en un círculo vicioso del que es muy difícil salir a medida que pasa el tiempo.
Además de hablar del tema y después de hacerlo, es recomendable buscar tratamiento personalizado. Aunque mucha gente cree que estos problemas no son habituales y que tienen que guardarse en el cajón de la intimidad, lo cierto es que es algo más común de lo que se piensa. Además, aparte de que no tiene por qué ser algo vergonzoso de cara a la sociedad, los problemas sexuales pueden esconder enfermedades graves, por lo que hay que ponerse cuanto antes en manos de especialistas.
Por ejemplo, la disfunción eréctil es un factor de riesgo cardiovascular, al ser un importante predictor de enfermedades coronarias, sobre todo en mayores de 60 años. Incluso según datos de Semergen, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, un 93% de los pacientes que tienen alguna enfermedad cardiovascular padecieron entre dos y tres años antes impotencia, lo que demuestra hasta qué punto este trastorno es un marcador precoz del riesgo coronario y del desarrollo de una futura patología cardíaca.
A pesar de estos datos, solo un tercio de las personas afectadas buscan un solución con expertos, aunque los beneficios de la terapia sexual están más que demostrados. Según Boston Medical Group, “los trastornos sexuales son habituales en los hombres. El problema no es el hecho de sufrir disfunción eréctil o eyaculación precoz, porque es algo humano, sino mantenerlo en secreto. Es ahí cuando va a más y sale del terreno sexual, afectando a la vida personal y social”. En ese sentido, “lo importante es primero hablarlo con la pareja, en el caso de que sea estable, porque es una cuestión que deberían afrontar juntos. Además, es aconsejable que lo traten con expertos, porque existen tratamientos para solucionarlo”.
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Fuente LuciaSeCasa http://bit.ly/2LbEYOc
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