Hay novias diferentes, especiales, elegantes… y luego está ella: Sofía Paramio. Todo un ejemplo de estilo y verdadera pasión por la moda que deslumbró en su gran día con una exquisita creación de Carmen March. Estos novios fueron protagonistas sin quererlo y lograron tener un enlace de excepción para celebrar el amor por todo lo alto. Descubrimos su historia.
Sofía y Nacho se conocieron en Punta Cana, cuando estaban de vacaciones con sus respectivas familias, ella tenía 13 años y él 16. Aunque por casualidades de la vida su historia de amor comenzó unos años más tarde, cuando ella tenía 18 y él 21. Y, como no podía ser de otra manera, fue esa idílica playa en la que se conocieron el escenario elegido por él para formularle la gran pregunta. “La espera hasta el gran día se nos hizo eterna, incluso nos habríamos casado el día después de aquella pedida, ambos lo estábamos deseando”, asegura la novia emocionada.
La gran celebración comenzó un día antes, al atardecer, en El Jardín de la Máquina. Allí citaron a sus 380 invitados en un cóctel para que la gente se conociera y que los protagonistas pudieran disfrutar un ratito con todos y cada uno de ellos. Para esta ocasión, Sofía lució un diseño blanco de John Galliano con sandalias de Gianvito Rossi y Nacho iba vestido de Anglomanía con zapatos de Bow Tie. Ambos lo recuerdan como una fiesta previa mágica.
Los novios
El vestido de Sofía no pasó desapercibido, ella siempre tuvo claro que no sería una novia más: “Desde el principio quería casarme de corto, mis inspiraciones comenzaban en Stephanie Seymour en November Rain, el videoclip de Guns N’ Roses, pasando por Anja Rubik de novia o los vestidos de Saint Laurent y Chanel de los años 80 y 90″. Como tampoco quiso obviar una larga cola, el equipo de Carmen March ideó la combinación perfecta en una tafeta de lo más especial.
La protagonista destaca de ella su profesionalidad, gran pasión por la moda, elegancia y buen gusto. Considera que fue un acierto total y que no podía haber elegido a nadie mejor que fuera capaz de crear un vestido con tanta personalidad. Los zapatos fueron el modelo Sicariata en blanco y sin piedras de Manolo Blahnik.
En cuanto a las joyas, llevó los pendientes Sur Mesure de Suárez, que ella misma diseño junto al equipo creativo. Por supuesto, tampoco faltaron sus anillos de pedida: una esmeralda de la misma firma y un solitario de Tiffany & Co. Mención aparte merece también la sortija con la que su abuelo le pidió matrimonio a su abuela, una perla rodeada de cuatro diamantes que no podía ser más especial para ella.
Del ramo se encargó del equipo de Floreale, así como de los arreglos florales de la boda. El suyo estaba compuesto por alelí, tulipanes y ranúnculos.
Nacho, por su parte, se enfundó en una creación de Anglomanía, una de sus firmas de cabecera. Eligió un chaqué de tres piezas azul que luego se transformaba en traje clásico con americana cruzada. Como detalle especial, llevó un gemelo de cada uno de sus abuelos porque le apetecía llevar consigo algo de ellos. Por último, los zapatos eran de Bow Tie.
La ceremonia y el banquete
Sofía y Nacho se casaron el 9 de septiembre de 2017, a la una de la tarde, en la Iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid.
Se decantaron por Los Jerónimos porque ella tenía especial ilusión por elegir un enclave emblemático de la capital y les encantó la situación, junto al Museo del Prado.
Desde el primer momento pensaron en su boda como una gran fiesta y así fue. Les emocionaba el hecho de reunir en un mismo espacio a toda la gente que quieren y compartir con ellos un momento así. Lara, su cuñada, y Laura, de Petite Mafalda, se encargaron de todo y les ayudaron mucho en los meses previos al enlace.
La celebración tuvo lugar en la Finca El Monje, con su propio catering Albada. Todos los invitados quedaron gratamente sorprendidos por la belleza del espacio y el riquísimo menú. Al día siguiente, tanto la familia de la novia como la del novio disfrutaron de un desayuno espectacular rememorando los mejores momentos del gran día que vivieron.
Para entrar al banquete eligieron Bitter Sweet Symphony, de The Verve. En las mesas tenían los invitados preparadas cartas y mini botellas de champán. Las minutas corrieron a cargo de Eugeniota, por un lado eran clásicas y por el otro estaban decoradas con pequeños dibujos que explicaban su historia. Un detalle de lo más original.
La tarta fue creada por el amigo de la novia Pablo Moreno, de Pastelería Mallorca. Una tartaleta de frutos rojos de un metro de diámetro que los novios cortaron con la canción Should I stay or Should I go, de The Clash, de fondo.
De las fotos se encargó Bibiana Fierro y sinceramente nos dejan sin palabras. “Solo puedo decir de ella que es maravillosa y recomendable al máximo”, asegura la novia.
Como detalle para los invitados prepararon un puesto de pendientes personalizados en el que las invitadas podían diseñar su propio modelo gracias a My Collect y Petite Mafalda. Después, a la hora del baile, el equipo de Iberlucea Caligrafía pintaba iniciales en alpargatas a mano en el momento y había tattoos con la fecha y sus nombres, que todo el mundo quiso ponerse. También merece mención aparte el momentazo que les hizo pasar el violinista Pablo Pietro, regalo de su cuñada Lara y su novio. Los invitados quedaron sorprendidos y encantados.
Los niños también tuvieron especial protagonismo este día. Todos ellos iban vestidos de Elefantine. Cuando llegaron a la celebración no se lo podían creer, en su mesa no faltaba ningún detalle. Estaba llena de globos y bolsas sorpresa compradas en Pippa’s. Además, contaron con la empresa de cuidadores Parties For Kids para que los más peques estuvieran todo el día entretenidos.
El baile de los novios
Do you love me?, de The Contours, fue la melodía elegida para inaugurar el baile. Querían una canción con ritmo, que prácticamente no tuvieron tiempo de ensayar, pero que recuerdan como uno de los momentos más divertidos. A continuación, el grupo Los Limones y, tras ellos, llegó el gran Mickey Pavón. “Fue la mejor fiesta de nuestra vida, divertida a más no poder, entrañable y en la mejor compañía, lo dimos todo, de hecho así lo recuerdan los invitados”, confiesa su protagonista.
Además, pusieron una cabina de fotomatón de Flash Flash Box en la que constantemente había una cola de quince personas. ¡Fue todo un éxito!
Tras su gran día soñado pusieron rumbo a Utah, Los Ángeles, Los Cabos y Tulum. “Creo que es primordial para cualquier novia tener en cuenta el verdadero sentido de casarse y no perderse en preparativos y detalles, solo disfrutar. Da igual si las flores son amarillas o verdes, lo importante es lo importante, y ese día el amor y la felicidad te salen por las orejas”, concluye Sofía.
¡Enhorabuena por una boda tan auténtica y especial!
Lugar de celebración y catering: Finca el Monje y Albada Catering | Vestido de novia: Carmen March | Traje de novio: Anglomanía | Complementos de novia: Suárez, Tiffany & Co. y Manolo Blahnik | Floristería: Floreale | Fotógrafo: Bibiana Ferro | Dj: Mickey Pavón
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