¿Tu rutina de skincare no te funciona y no sabes por qué? Estos son los errores más genéricos a la hora de aplicar los productos.
Puede que te hayas gastado una fortuna en sus cosméticos faciales y que, aún así, sientas que no están funcionando como deberían. Este problema se puede deber a un mal uso por tu parte de ellos. Te explicamos cómo aplicarlos de manera correcta.
Skincare: el buen uso de los cosméticos lo cambia todo
No apliques productos directamente con el pipetero. Parece la opción más fácil y cómoda y, sin embargo, es el error más común en las rutinas de skincare. Ese paso hará que el producto se pueda contaminar, desequilibrando y arruinando la fórmula del cosmético.
¿Aplicas los productos en la palma de tu mano? Error. Los productos que se aplican con pipetero siempre tienen que depositarse en las yemas de los dedos ya que así nos aseguraremos que el producto va directamente a la piel y la palma de la mano no absorbe nada.
¿Cuántas gotas hay que utilizar para un correcto mantenimiento de la piel? Es una de la grandes preguntas en cuanto a serums se refiere. Por su puesto, cada firma es un mundo y habrá que prestar especial atención a su concentración pero, por lo general, una buena dosificación cuenta de tres a seis gotas.
Sellar para una correcta aplicación del suero. A diferencia de la crema, no es necesario aplicarla masajeando, al contrario. Como si se trataran de polvos matificadores, hay que aplicar el sérum presionando ligeramente la piel para una correcta absorción.
Pequeños toques en el contorno de ojos. Como siempre recordamos, la piel del contorno de ojos es muy diferente a la del resto del rostro. En esta zona sí es preciso aplicar el producto a través de toquecitos o, directamente, con el roll on del producto, si éste lo incorporase.
¿Masajeas la crema sobre tu piel? No solo es un error sino que, además y para colmo, estás promoviendo la aparición de arrugas en tu piel. Esa fricción aplicada sobre la piel es una puerta para la aparición de arrugas, por la repetición de los movimientos.
Movimientos limpios y ascendentes. Como si fuera una caricia, asi deberías aplicar la crema sobre el rostro. Los movimientos suaves y ascendentes permitirán que el producto penetre en la dermis sin perjudicarla.
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